La provincia tiene lugares encantados para hacer senderismo, rutas conocidas y extrañas que albergan historias de alemanes, de aldeas bajo el agua y del contrabando. De estas cinco, prometemos que una termina en la playa
La provincia tiene lugares encantados para hacer senderismo, rutas conocidas y extrañas que albergan historias de alemanes, de aldeas bajo el agua y del contrabando. De estas cinco, prometemos que una termina en la playa.
>Pasarelas del río Mao
El sendero comienza en lo que fue un hito tecnológico y social a principios del siglo XX: A Fábrica da Luz, en Parada de Sil. Aunque ahora es un albergue, todavía conserva la magia de antaño y nos lleva con ese halo a la pasarela de madera que recorre el último curso del río Mao. A partir de aquí, la imponente naturaleza de la Ribeira Sacra nos abre su corazón escarpado.
>Ruta do río Gato
La carta de presentación es atrevida: vértigo, estrecheces, dificultad alta y un sendero llamado "Mal paso". Aún así, esta ruta próxima a los pueblos de Sande y Madarnás (Cartelle) ofrece paisajes espectaculares como recompensa. Son aproximadamente cinco kilómetros que parten desde "O Silandeiro" o "O Toural" por un trayecto que también se conoce como la "Ruta dos contrabandistas". Traer el café y el tabaco desde Portugal requirió sus dificultades. El molino de Os Bandes, el de O Augardenteiro o el de Hermenegildo son algunas de las construcciones para admirar en esta senda apartada de la civilización. La desembocadura del río Gato en el Arnoia y el Pozo do Gordo son regalos a fin de camino.
>Mina das Sombras
Desde la Ermita de O Xurés nos esperan siete kilómetros a la orilla del río Vilameá. En este camino escondido del parque natural de la Baixa Limia se encuentra la mina que da nombre a la ruta: As Sombras, el vestigio de la pisada nazi en la provincia durante la Segunda Guerra Mundial. Antiguos carros, raíles, casetas y los restos de una vida que giró alrededor del wolframio habitan ahora en un paraje encantado.
>Muíños de Carballeda de Avia
Un viaje por molinos restaurados que aún cuentan la historia de la Galicia rural que aprovechó los ríos para generar riqueza. La ruta avanza por los núcleos de Veronza, Fermosas, Vilar de Condes, Vilariño y el regreso a Carballeda de Avia. Un alto en el camino lo merece Fermosas y su mirador del Curro do Faro, con vistas al Avia.
>Senda Verde do Xares
Tierra prometida. La Praia Fluvial dos Franceses, en A Veiga, es el desenlace de una ruta circular de 30 kilómetros que bordea el embalse de Prada. Atraviesa los pueblos de Casdenodres, Castromarigo, Candeda, Prada, Corexido, Vilaboa y Santa Cristina. En el camino, arenales e islotes tan bellos como los de la costa y una brisa de montaña que hay que respirar en este lugar que todavía mira al fondo del Xares. Allí yace Alberguería, el pueblo que la construcción de la presa borró del mapa hace 60 años.
