Coronavirus

Las PCR se disparan en Ourense mientras otras provincias las reducen

photo_camera Realización de una prueba PCR en el covid-auto de la ciudad (ÓSCAR PINAL).
Ourense, la provincia donde más crecen los casos, hace más del doble de pruebas que en marzo y abril

Las autoridades sanitarias realizan en esta segunda ola de la pandemia de covid-19 más del doble de  pruebas diagnósticas PCR que durante la primera ola. Los datos facilitados por la Consellería de Sanidade reflejan con claridad uno de los motivos de que Ourense acabe de superar el pico máximo de contagiados que llegó a tener en abril. Ayer eran ya 1.474 los casos activos, frente a los 1.325 que se habían alcanzado en la primera ola el 28 de abril, pero las diferencias son notables.

La detección precoz, en la que los gestores sanitarios fijaron la prioridad de la estrategia en que afrontar este segunda ola, está detrás sin duda de buena parte del alza de contagios. 

Datos por oleadas

Entre el 1 de marzo y el 1 de junio, donde se concentraron el grueso de positivos de la primera oleada, se realizaron en la provincia 20.379 PCR, aunque algunas de ellas no contabilizaban en la provincia porque, especialmente las  de los cribados en residencias, se enviaban al laboratorio de Vigo. De media, durante esa primera ola se realizaban 224 PCR diarias. 

En el segundo periodo, de transición, entre junio y julio, sin apenas circulación del virus, se incrementó ligeramente la realización de PCR, con un total de 15.500, a una media de 254 diarias. 

El salto cuantitativo se dio en  esta segunda ola. Entre el 1 de agosto y el 9 de octubre, se habían realizado 34.394 pruebas, a un ritmo medio 491 por día, es decir, más del doble que al inicio de la pandemia. Ahora, ese ritmo diario ha superado ya los 1.200 por día.

Madrid, La Rioja o Navarra reducen las PCR realizadas en las últimas semanas, mientras Ourense marcó ayer su récord

Buena muestra de este aumento, en el que se han conseguido detectar muchos asintomáticos, y que da buena cuenta del alza de las cifras, es el porcentaje de positivos por PCR realizada (la tasa de positividad), que ahora se sitúa en un 12,22% (una cifra todavía alta, frente al 4,57% a nivel gallego), pero alejada de aquellas primeras semanas. 

Los datos a los que ahora permite acceder la Xunta de la última semana de marzo y la primera de abril revelan que entonces entre el 40% y el 45% de las pruebas daban positivo, frente al 12% de media de esta última semana de octubre en Ourense, que creció al 22,5% el último día por el impacto del virus en las residencias. También este último día se alcanzó el récord de PCR realizadas en un día (1.380) en la provincia. 

Y es que con la cifra de esta última jornada, Ourense sigue aumentando el ritmo de pruebas, mientras, según la última actualización del Ministerio de Sanidad, mientras este ritmo decrece en España. Especialmente, Madrid (-31%), La Rioja (-17%) y Navarra (-15%), algunas de las provincias más afectadas de país, han rebajado su ritmo de diagnóstico, mientras Ourense lo incrementa, al tiempo que Sanidad la sitúa como la provincia española, solo seguida de cerca por Tarragona, en la que más se incrementan los casos en la última semana.

Uno de los datos que, de momento, explican que pese a la "bomba vírica" de los últimos días la situación no está llegando al límite es la cifra de ingresados, comparada con el momento más álgido de la primera ola. 

Actualmente, hay 65 hospitalizados en la provincia (10 de ellos en la Unidad de Cuidados Intensivos) frente a los 217 que llegó a haber el 7 de abril, el pico máximo de la primera ola cuando eran 195 los que estaban en planta y hasta 22 personas en la UCI. 

Situación de hospitalización

La situación actual, con 65 ingresados covid, es la más alta desde el 12 de mayo, pero aún está muy lejos de las cifras de abril, si bien entre los expertos sanitarios y miembros del comité de expertos de la Xunta lanzan la advertencia de que en los próximos 10 días se podría experimentar una subida considerable de esta presión hospitalaria, más todavía cuando el virus ha tocado, de nuevo, al eslabón más débil: las residencias. 

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