Su carta está especialmente orientada al pescado y el marisco. Pescados de la costa portuguesa, con elaboraciones tradicionales, pero también trabajos inspirados en otras cocinas como el ceviche y platos de la cocina asiática
Anda el mar muy batido en estos días por la costa de Apúlia, con su playa kilométrica y unos molinos al estilo manchego que han sido reconvertidos en viviendas. Pero antes de esa gran playa está la pequeña de Pedrinhas, que es prácticamente la siguiente a la de Ofir, en dirección Norte-Sur. Es tal vez una de las localidades de la costa del norte portugués con más restaurantes por kilómetro cuadrado. Al ser un destino de playa hay muchos que están orientados al cliente veraniego, en plan casi chiringuito. Pero no es el caso del Pedrinhas, un restaurante con un aspecto exterior de singulares formas redondeadas. Se diría que están inspiradas en los diseños del expresionismo alemán de La Bauhaus. Pero una vez en su comedor, poco se parece su ambiente a la frialdad germánica. Todo lo contrario, estamos ante un comedor de gran calidez y ambiente muy portugués, como la cocina que practican.
Su carta está especialmente orientada al pescado y el marisco. Pescados de la costa portuguesa, con elaboraciones tradicionales, pero también trabajos inspirados en otras cocinas como el ceviche y platos de la cocina asiática. Además de la buena materia prima con la que trabajan, la puesta en escena de los platos está igualmente cuidada y el servicio no solo es impecable sino que además practica una conveniente pedagogía que nos permite descubrir mejor las características de cada uno de los platos que conforman la carta.
Aquí descubrí el "ensopado”, un plato muy portugués que es parecido a una sopa, pero con más contundencia, en este caso aportada por sus ingredientes: sargo, gambas, un huevo poché y una rebanada de pan. Un sabor delicioso y el restaurante, muy recomendable.
