El Entroido de Laza no puede entenderse sin la figura del peliqueiro, un personaje fundamental en este ciclo festivo y que es imagen de este concello por todo el mundo.
Los peliqueiros son los principales protagonistas del Entroido de la localidad desde el domingo hasta el martes: su máscara cubierta por la parte posterior con una piel y un traje compuesto por chaqueta, pantalón, zamarra y chocos (pequeños cencerros), además de otros accesorios, se hacen respetar a lo largo de las calles y rincones de Laza imponiendo su ley.
El nombre de peliqueiro viene de la piel que cubre la parte posterior de la máscara, que está formada por una careta de madera, pintada de colores llamativos, que se prolonga en una especie de mitra de metal con un motivo animal sobre fondo liso. Los motivos animales pueden ser lobos, leones, toros o tigres, entre otros.
El Entroido de Laza es uno de los más antiguos del mundo, y el traje de peliqueiro está formado por una camisa blanca impoluta, una corbata perfectamente colocada y una chaquetilla corta. De la chaquetilla cuelgan flecos dorados que van atados con lazos de tres colores, y sobre de los hombros va un paño enganchado a la chaqueta. Una gran faja roja envuelve la cintura del peliqueiro y sujeta el pantalón.
Sobre el pantalón va un cinturón del que cuelgan los característicos cencerros, que con su sonido avisan de la llegada del peliqueiro a los vecinos. Las piernas del peliqueiro van cubiertas con medias blancas, adornadas a media altura por ligas haciendo contraste. Los complementos finales son los zapatos negros y un látigo en la mano, que tiene el nombre de "zamarra", y que sirve para imponer la autoridad del personaje sobre aquellos que intentan desafiarlo durante el Entroido, se interponen en su camino o no hacen caso a sus indicaciones.
Todo esto sin olvidar que cualquiera que se acerque al Entroido de Laza comprobará el excelente trato que recibirá por parte de los vecinos, en una fiesta abierta y acogedora en la que cualquier disfraz es bienvenido, siempre bajo el orden que mantiene el peliqueiro.
