Se produjeron pequeños conflictos entre los cuatro bloques, China, EEUU, Europa y Rusia. Empezando por que la UE quiso que Ucrania se apoderase de Crimea, única salida al mar en Europa de Rusia, la otra es el Polo Norte, conflicto que se saldó con la victoria rusa, lo que hizo que Putin firmase un acuerdo con China, especialmente por Siberia que es rica en elementos energéticos y también la expansión natural de los chinos. En todo esto, EEUU y la UE (Brexit incluido) presionaron comercialmente a China, llegando EEUU a incrementar las tasas; algo similar hizo la UE, lo que produjo una caída brusca del comercio en China con la crisis correspondiente que se vio reflejada en la devaluación de su moneda. Esto, que podría sólo afectar al gigante asiático, repercutió en las empresas del resto del mundo, bien por no poder exportar, bien por no poder importar, lo que supuso una caída en las bolsas del 40 %. de esas empresas, y las situó con un precio por acción bajísimo, China lo aprovechó para comprar paquetes de acciones y hacerse con el control de empresas de Occidente y de EEUU. Este hecho será una de las acciones que harán que el mundo al terminar esta pandemia sea otro. Tendremos que cambiar nuestros esfuerzos, ahora dedicados a salvar vidas, y hacer lo mismo con las empresas, autónomos y pequeño comercio para que puedan seguir con sus puestos de trabajo, especialmente las industrias claves de cada país. Por ejemplo, en España, el turismo es el 12,3 % PIB y según el INE emplea a 1,5 millones de personas.
De repente surge el COVID-19 (coronavirus) en Hubei (China), cuya capital es Wuhan. La reacción fue fulminante: cierre total de toda la región. Construyó dos hospitales en 10 días, y habilitó espacios públicos para albergar 10.000 camas. Quizás ayudo a Corea y Shanghai para detenerlo. En el resto apenas tuvo repercusión. Publicó que había logrado una vacuna (consiguió el genoma del virus), aunque probablemente sea más cierto lo que dice dr. Antonio Burgueño que conoció a través de Francia que China tiene un estudio sobre un medicamento contra el COVID-19. Occidente, aun conociendo lo que estaba pasando en Italia, no le dio importancia, y lo hizo tarde, sin todas las medidas adecuadas, sin una política común. La UE ha perdido otra vez.
