SALUDABLE

Pequeños consejos para sobrevivir a una navidad

Santa Claus en el gimnasio.
photo_camera Papa Noel en el gimnasio.

Si nos lavamos los dientes y nos duchamos, incluso en Navidad. ¿Por qué no vamos a mantener el hábito del Ejercicio Físico? Las sesiones se pueden reorganizar y la frecuencia se puede reducir y adaptar

Se aproxima la Navidad. Sí, aunque parezca que ya estamos en ella desde el mes pasado, lo cierto es que nuestro tradicional comienzo de esta fiesta coincide con el Sorteo de la Lotería Nacional. Y no cuando interese a unos grandes almacenes o a las gigantescas multinacionales dominantes en la redes sociales.

Son fechas en las que sucede un fenómeno curioso. La gente dispone de más tiempo de ocio pero los centros deportivos y los gimnasios se vacían. Las compras, cenas, comidas y celebraciones varias superan por goleada al siempre variable e inestable hueco destinado a cuidar nuestra salud.

La cosa se complica ya desde la segunda semana de diciembre. Se prolonga hasta bien entrado el año nuevo y, en muchos casos, supone el abandono de la actividad que tanto nos costó incorporar a nuestros hábitos de vida. La inercia y la pereza nos vencen.


 PLACERES Y VIRTUDES 


¿Podemos disfrutar de estas fechas sin necesidad de reventar delante de un plato y actuar como si se acercase el fin del mundo? Por supuesto, no es una tendencia de moda de algún “coach” o “influencer”. Desde la Antigua Grecia, existen filósofos que nos recomienda disfrutar los placeres y cultivar las virtudes con mesura. Parece que no hemos cambiado ni progresado mucho en más de 2.000 años.

En resumen, no necesitamos manjares y bebidas en abundancia para apreciar las buenas compañías. No necesitamos el regalo más caro para expresar nuestra gratitud a los seres queridos. Menos engullir y más escuchar en la mesa. Menos móvil y más contacto personal. Menos egoísmo y más empatía.


REORGANIZAR EL EJERCICIO


Si nos lavamos los dientes y nos duchamos, incluso en Navidad. ¿Por qué no vamos a mantener el hábito del Ejercicio Físico? Las sesiones se pueden reorganizar y la frecuencia se puede reducir y adaptar, sin la obligación de cortar de raíz una actividad que tanto bienestar nos produce y sirve de contrapeso al excesivo castigo que vamos a propinar a nuestro cuerpo.

Hay tiempo para todo en Navidad. Incluso para comprar un bonito regalo al entrenador del gimnasio. Cualquier detalle. Lo que usted vea. La voluntad.

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