VALDEORRAS

Los pescadores del Bierzo invaden los ríos valdeorreses

Un pescador de la Sociedad de Pesca de Valdeorras con dos de sus capturas.
photo_camera Un pescador de la Sociedad de Pesca de Valdeorras con dos de sus capturas.

Los aficionados locales a la pesca consideran excesivas las capturas que realizan muchos de ellos

El inicio de la temporada de pesca volvió a ir acompañado de un desembarco de pescadores de la vecina comunidad de Castilla y León y, en particular, de la comarca del Bierzo. En tierras leonesas, la gran mayoría de los ríos están dedicados a la pesca sin muerte, en la cual las capturas son devueltas al agua, siendo muchos los aficionados a este deporte que optan por los cauces fluviales gallegos más próximos, como los valdeorreses.

"Estamos un pouco invadidos", reconoció José Manuel Pinto, presidente de la Sociedad de Pesca de Valdeorras. "Na provincia de León, o 90 % dos ríos son de pesca sin morte", confirmó este buen conocedor de los ríos de la comarca. La gran mayoría de los pescadores poseen licencias que les permiten practicar su deporte favorito en varias comunidades autónomas, incluida la gallega, por lo que ninguna norma les impide pescar en estos ríos.

El rechazo que encuentran es consecuencia de que "hai moito depredador", en palabras del presidente de los pescadores valdeorreses. "Que se conciencien un pouco e que disfruten da pesca, levando as pezas que van consumir, sin abusar", comentó José Manuel Pinto.

Las quejas tienen su razón en la excesiva voracidad de un sector de los pescadores llegados desde tierras leonesas. "Hai moita xente que o fai por negocio, para sacar algún beneficio. É a xente do Bierzo, os pescadores de aquí é raro que o fagan", comentó el presidente de los pescadores. En los bares bercianos es frecuente encontrar tapas de "peixe", muchas veces llevado desde Valdeorras.

El reglamento que rige la pesca en Galicia en 2019, que hizo público la Xunta, contempla limitaciones de cupo para las truchas. Los pescadores solo podrán capturar tres ejemplares de 23 centímetros, cuando en 2018 eran cinco los permitidos. A su vez, de las de 21 centímetros podrán llevarse ocho, el doble que en la campaña anterior. Finalmente, el límite de las piezas de 19 centímetros fue fijado en 10, también superando el tope de la temporada anterior: seis.

En estos inicios de la temporada, la temperatura del agua aún es algo fría, y los aficionados se centran en las truchas. También los bercianos se llevan todas las que pueden; eso sí, dentro de los límites marcados. Es en abril, cuando está en su apogeo el "peixe" -para el que no existe cupo de capturas-, el afán "depredador" de los leoneses alcanza su máxima expresión y, muchos de ellos, abandonan los tramos del Sil de Pumares (Carballeda de Valdeorras) o Casares (Lugo), así como el del Xares, en Prada (A Veiga), con "contenedores" llenos de piezas. "Debe ser a conciencia de cada un", comentó José Manuel Pinto, quien preside una sociedad que defiende los intereses de 60 aficionados.

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