La actual decana del Colexio da Avogacía de Ourense repite. Tanto con el equipo que la acompañó estos últimos cinco años -solo se estrena Catuxa Rego- como con las líneas programáticas con las que en 2014 consiguió ser la primera mujer en dirigir el órgano colegiado de Ourense: transparencia, formación y amplitud de miras ante los desafíos que se presentan en una profesión con 706 abogados en activo (hay otros 897 colegiados no ejercientes).
¿Por qué quiere ser reelegida?
Estos cinco años han sido muy satisfactorios. Hicimos muchas cosas de las que me siento contenta, pero nos han quedado por el camino otras que mejorar e iniciar. Me gusta lo que estamos haciendo en el colegio y me ha sido fácil trabajar con la junta de gobierno. Sería mi último mandato.
¿Cuál es la hoja de ruta?
Fundamentalmente repetimos con las mismas líneas de trabajo y compromiso de hace cinco años: incidir en la comunicación con los colegiados, la información. Además de una gestión transparente para que el colegiado sienta lo qué hace la junta de gobierno. Sin olvidar, que este equipo está abierto a todos los retos, sobre todo, el tecnológico. Hay fases que deben avanzar. La sede electrónica está ahí, el expediente electrónico, la reforma de la página web y los trámites telemáticos.
La formación del nuevo Gobierno desbloqueará cuestiones que les afectan
Hay cosas que han estado aletargadas y van a ver la luz, por lo tanto, tendremos que tomar partido: la Ley del Derecho de Defensa, el nuevo Estatuto de la Abogacía, pendiente de aprobación, la Ley de Demarcación y Planta, con la supresión de algunos partidos judiciales. Esto último será muy cuestionable y levantará muchas ampollas porque incluso hubo propuestas de dejar Ourense como único partido judicial.
¿Le parece una propuesta viable para una provincia en la que O Barco está a 115 kilómetros?
Es viable otra distribución de planta en partidos pequeños, a los que llegas inmediatamente, es decir, los colindantes con la ciudad. Pero hay partidos como O Barco y Verín que por distancia y población deben mantenerse.
¿Es casual que en su candidatura las mujeres están presentes por goleada?
Repetimos cuatro de los que ya estábamos: tres somos mujeres y un chico. Para incorporar a la quinta persona surgió el nombre de Catuxa Rego. Es algo casual.
Se lo preguntaba por si había perspectiva de género en esa selección. No olvidemos que con ustedes el colegio no es de abogados sino de la abogacía
Quiero potenciar a las mujeres pero también tengo que decir que aquí se trabaja muy a gusto con los chicos. Lo importante es tener ganas de trabajar. La anterior junta era paritaria y si ahora sale nuestra candidatura seremos siete mujeres y tres hombres.
¿Qué cree que aporta su equipo con respecto al de su contrincante, David de León?
Indudablemente, experiencia porque llevamos ya cinco años y conocimiento del colegio al dedillo. Las relaciones con los otros operadores jurídicos están hechas.
¿Qué retos afronta la profesión en Ourense?
La abogacía low cost y los grandes despachos que subcontratan. Ourense tiene una abogacía de despacho pequeño, sin especialización, a la que le llega de todo. Eso sirve para mantenerte en Ourense pero no para crecer. Debemos invertir tiempo y esfuerzo en mejorar la formación tanto de contenidos jurídicos como con la técnica, es decir, el marketing y sus plataformas para conquistar otros mercados.
Setecientos abogados ejercientes. ¿Una barbaridad?
Son muchos en relación a la situación de la provincia tanto demográfica como económicamente. Eso provoca que no todo el mundo pueda vivir bien de la profesión. Por eso debemos reinventarnos con nuevas fórmulas, potenciado la mediación, nuevos clientes vía internet... En la fórmula tradicional hay muchos abogados para Ourense pero quiero resaltar que sigue habiendo mucho campo de acción.
Usted es partidaria de la abogacía preventiva. ¿Pero eso no resta pleitos y ceros a las minutas?
Es otro enfoque: acudir al abogado antes de que tengas el problema para evitarlo. Ir en busca de asesoramiento.
¿Los canales están abiertos a nivel institucional?
Sí, con todos los operadores, con campo para hablar y decir las cosas. Con la Xunta ha sido más floja la comunicación porque muchas veces no da pie a los acuerdos de consenso. Te deja poco margen de maniobra en temas como el turno de oficio.
