Los comerciantes de la Plaza de Abastos están hartos de las peleas, trapicheo de drogas, incendios y la violencia que utilizan los okupas que se adueñaron de puestos cerrados en el entorno del mercado, que bajó la persiana hace 16 meses para una reforma que todavía no ha empezado. "Okuparon los puestos y están convirtiendo en la zona en una propiedad privada", aseguró su presidente, Emilio González.
Los industriales alertan de la inseguridad que los okupas están generando en pleno centro de la ciudad sin que el Concello y las fuerzas policiales tomen, aseguran, medidas para evitarlo. "Hay miembros de estas bandas que ocuparon varios puestos y ahora los están alquilando a otros okupas", añadió.
Los placeros, en la actualidad instalados en la Alameda, explican que han detectado un notable deterioro de la zona, que comenzó nada más ser trasladados. Perciben la inseguridad porque los okupas destrozan las puertas para adueñarse de los puestos, piratean la luz eléctrica (enganches ilegales) y acumulan por todo el espacio basura orgánica e incluso desechos de animales. Además, prácticamente a diario se registran peleas, la última en la madrugada del pasado viernes (exhibieron bates de beisbol y navajas). "No hay día que no se registre una incidencia. Increpan a las personas que acuden por la mañana a comprar a la plaza", lamentó Emilio González.
Los placeros también detectaron que en la zona se trapichea con sustancias estupefacientes, lo que provoca que se incrementara la presencia de toxicómanos en la zona de la Alameda. Se quejan de incendios (en el inicio de septiembre hubo uno en un puestos).
"Tememos que puedan llegar a arder el mismo edificio de la plaza"
Piden el desalojo de los okupas para acto seguido vallar todo el perímetro del mercado y evitar que entren. Los industriales reclaman, además, más presencia policial en la zona.
Una situación provocada por el retraso en las obras
Los placeros culpan de la situación y de la presencia de los okupas a la demora en el inicio de las obras de remodelación del mercado, que como recuerda Emilio González, ya debería haber comenzado hace 16 meses, tras su traslado a la Alameda. Temen que la Plaza de Abastos, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC) corra la misma suerte que el edificio de la antigua cárcel. La remodelación del inmuebleviene arrastrando constantes problemas desde hace años pese a ser uno de los centros con más actividad comercial del casco urbano.
En el Concello aseguran que ya el pasado viernes se habilitó la última partida para adjudicar la reforma. Recuerdan que el inicio de los trabajos servirá para desalojar a los okupas y poner punto final a la situación.
