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Los placeros se ven en el edificio rehabilitado "aún en cuatro años"

El concurso sigue en la fase de estudio técnico de las seis propuestas tras más de dos meses

La esperada reforma de la Plaza de Abastos número 1 se sigue haciendo esperar. Los plazos de un proyecto estratégico para el Concello de Ourense continúan estirándose, una constante desde que se comenzó a plantear la necesidad de dar un soplo de aire fresco a un espacio emblemático de la ciudad, algo de lo que ya se hablaba a finales del siglo pasado, que se concretó en un anteproyecto de 2009, aprobándose el proyecto constructivo en 2012.

"Yo creo que en la Edad Media ya había algo sobre la Plaza", ironiza el presidente de la asociación de comerciantes, Emilio González, tras la primera campaña navideña en el edificio provisional construido en la Alameda, días que han dejado con muy buen sabor de boca al colectivo, "que ve a los ourensanos muy cómodos y eso es lo más importante", pero que no elimina la "preocupación" que siente por la tramitación de la reforma del edificio noble, valorada en 5,5 millones de euros, "donde tenemos que volver".

Sin embargo, González asegura que no ve posible que la mudanza ocurra "antes de cuatro o cinco años", pese a que los plazos de la obra son de 22 meses desde el momento de la formalización del contrato, que debe salir de un concurso que se licitó a mediados de septiembre, pero que todavía debe superar varias fases hasta su resolución.

En estos momentos, según fuentes del gobierno local, las ofertas están en el despacho de la arquitecta municipal, Elvira Carregado, que debe concluir el informe técnico de las seis ofertas que se han presentado para, posteriormente, convocar una mesa que permita abrir las proposiciones económicas, lo que permitirá realizar la ponderación final para seleccionar a la empresa adjudicataria.


Plazos


Aunque nadie se atreve a concretar plazos, experiencias previas en procesos de contratación invitan a pensar que el concurso se demorará todavía unos meses, por lo que parece inviable que la actuación esté finalizada antes de 2021, esto es, seis años después de la concesión de la subvención estatal, lo que no supondría, no obstante, el final de la historia. "Todo quedaría diáfano, después hay que hacer los puestos", recuerda Emilio González, que aprovecha para trasladar demandas de los ciudadanos, especialmente dirigidas a la accesibilidad.

"Tiene que ser muy importante, nos lo dicen mucho", señala el presidente de los comerciantes, que invita a planificar lo que considera "una obra de todos los ourensanos".


Futuro


Instalados en el recinto de la Alameda, que también se puso en marcha con un considerable retraso de más de un año respecto a la previsión inicial, reconoce González que "estamos cómodos", subrayando la inversión realizada por los placeros para corregir las deficiencias.

Sobre la ocupación de una zona verde emblemática, González recuerda que "los clientes están contentos y se les ve muy felices con nosotros", aunque reconoce también que una vez completada la reforma, habrá "una gran oportunidad de realizar algo grande en la Alameda", un objetivo manifestado por el Concello.

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