Portugal celebra hoy elecciones presidenciales entre máximos de contagios por covid

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photo_camera Papeleta electoral en las presidenciales lusas.
La baja participación que anticipan los actuales máximos de contagios favorecerá claramente al emergente diputado de ultraderecha André Ventura

Portugal celebra este domingo unas elecciones presidenciales bajo el extraordinario condicionante de la pandemia. Aunque el actual mandatario, el conservador Marcelo Rebelo de Sousa, sigue perfilado como aplastante favorito, la baja participación que anticipan los actuales máximos de contagios favorecerá claramente al emergente diputado de ultraderecha André Ventura, para quien la posibilidad de forzar una inédita segunda vuelta ya supondría una victoria sin precedentes con vistas a sus aspiraciones de futuro.

Los sondeos conceden a Rebelo de Sousa aproximadamente entre un 58 y un 62 por ciento de los votos mientras que, a gran distancia, Ventura se encuentra en situación de empate técnico (en torno a un 12, 13 por ciento) como segundo candidato más votado, codo con codo con la candidata Ana Gomes, esta última un caso excepcional: diputada socialista que comparece con el apoyo de otros dos partidos, Pueblo-Animales-Naturaleza (PAN) y Livre, dado que el primer ministro y líder socialista, António Costa, ha eludido prestarle su respaldo. El resto de los siete candidatos no sube del 10 por ciento.

Ventura es una figura anómala en la política de Portugal, un país que se había distinguido por cortar de raíz la emergencia de la ultraderecha que ha marcado los últimos años de la política europea. En 2021, dos años después de la creación de su partido Chega! (¡Basta!), el dique de contención parece haber registrado sus primeras grietas, en lo que ha supuesto el fin del excepcionalismo portugués frente al ascenso de los radicales.

Su retórica, en principio, es indiscernible en muchos aspectos de correligionarios de la ultraderecha europea como Marine Le Pen o Matteo Salvini. A través de un lenguaje incendiario en las redes sociales, este abogado de 37 años y contertulio de programas de fútbol propone la caza sin freno a la inmigración ilegal, endurecimiento de las penas de prisión, castración química para pedófilos y violadores convictos y reducción del número de diputados en el Parlamento como parte de una lucha sin cuartel contra las "élites" nacionales.

En otros momentos, no obstante, la virulencia de su discurso no conoce rival en Europa: su partido propuso votar la posibilidad de extirpar los ovarios a las mujeres que abortaran, ha abogado por la expulsión del país de la diputada Joacine Katar, de raza negra, y ha llegado a poner en entredicho el legado sacrosanto de la Revolución de los Claveles que acabó con la dictadura en 1974.

Ventura es un generador de caos, al que ni siquiera protestas populares como la organizada la semana pasada -- con un símbolo de labios pintados de rojo después de que Ventura le dijera a su rival del Bloque de Izquierda, Marisa Matías, que "parecía una muñeca" por maquillarse --, o actos de violencia como el ocurrido el jueves en Setúbal, donde un grupo de manifestantes le apedrearon tras un acto de campaña, parece hacerle mella: su partido ha subido nueve puntos en las encuestas en solo dos años y ha emergido como figura clave para formar gobierno en las Azores.

El 11 por ciento en intención de voto que le otorgan las encuestas palidece en comparación al mínimo del 60 por ciento que obtendrá el presidente Rebelo de Sousa, pero los expertos dan por sentado que los simpatizantes del diputado (o, como les llama, el "Ejército Popular Portugués"), depositarán su papeleta contra viento y marea en medio de una crisis sanitaria sin precedentes desde el inicio de la pandemia.


REBELO DE SOUSA CONTRA LA ENFERMEDAD


Las autoridades sanitarias de Portugal han notificado esta semana sendos récords de casos y fallecidos por COVID-19 en 24 horas, en un momento en el que está en vigor un confinamiento que incluso se ha endurecido en los últimos días ante el preocupante aumento de los contagios en un país que llegará a estos comicios rondando los 600.000 positivos y los 9.500 fallecidos.

Frente a la crisis, Rebelo de Sousa se ha granjeado la admiración de sus simpatizantes por su pragmatismo y sus maneras de estadista, hasta convertirse en una figura de estabilidad que ha reforzado la figura del presidente muy por encima de las limitadas competencias que ejerce en la política nacional.

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