El Concello ha precintado de forma “provisional” el parque para perros situado junto a la Ponte Vella después de que se conociese la aparición de más cebos con alfileres. Esta semana, además, un perro murió tras ingerir uno de ellos. Colectivos en defensa de los animales alegan que no es un episodio aislado en la ciudad, y advierten de que este tipo de situaciones se han repetido sistemáticamente en varios barrios.
“Están a por comida con clavos por todas partes. (...) Ao final teremos que por bozal ás nosas mascotas”, rezaba un mensaje difundido esta semana por redes sociales alertando del peligro. Se hacían eco de este mensaje entidades como la asociación Agallas o la Patrulla Callejera, que calificaba de “vergüenza” que no exista “suficiente involucración” por parte de las autoridades.