entrevista - sanidad

Marisa Crespo: "El premio es para todo mi equipo, mi trabajo sin ellos no tiene sentido"

La ourensana Marisa Crespo
photo_camera La ourensana Marisa Crespo recibirá la Medalla Castelao.

La cardióloga ourensana será premiada con la Medalla Castelao por su actividad en la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante Cardíaco

La cardióloga Marisa Crespo (Santrós, Cea, 1961) se pasó gran parte de la jornada de este jueves trabajando en el hospital de A Coruña, como cualquier otro día. Pero el teléfono no dejó de sonar desde el mediodía, cuando se conocía que será premiada con una Medalla Castelao, un galardón otorgado cada año por la Xunta de Galicia a personas referentes en su ámbito. "Aún no me lo creo... No han dejado de llamarme para felicitarme, ¡menuda la que se ha montado!", asegura al otro lado de la línea durante un descanso. Sin embargo, su nombre ha trascendido a la palestra pública en numerosas ocasiones por su actividad en la Unidad de Insuficiencia Cardíaca y Trasplante Cardíaco, donde entró en el año 1993. La revista científica "Circulation" la nombró una de las mujeres líderes en el mundo en trasplante cardíaco hace poco más de un mes. Pero la ourensana no se sube "a la parra" y comparte los reconocimientos con el resto de su equipo.

Medalla Castelao, una de las mujeres líderes en trasplante cardíaco por la revista “Circulation"...

No veo razones, la verdad. Lo de la revista fue una doctora, Shaaron A. Hunt, de Standford, con la que estuve formándome. Ella es la directora del grupo más importante en este tema a nivel mundial, pero es una opinión personal suya, lo dijo ella en un artículo. 

Su unidad también ha recibido numerosos reconocimientos. 

Sí, porque tenemos un equipo muy bueno, y a mí me toca coordinar el grupo. Lo importante es esa gente con la que trabajo. Llevo aquí desde el año 93, me uní al equipo de trasplante, que ya había comenzado entonces. Poco a poco hemos ido consolidando nuestro programa hasta convertirse en uno de los que tiene más calidad asistencial, docencia e investigación del país. 

¿Cuáles son las claves de esa evolución?

Somos un equipo multidisciplinar en el que hay cardiólogos, enfermeras, trabajadores sociales, cirujanos, farmacéuticos, psicólogos... Cada uno trabaja en su faceta y así se consigue que los trasplantados cardíacos vivan más y mejor y además, los que tienen insuficiencia cardíaca puedan tener muchas oportunidades y, en la mayor parte de los casos, no necesiten nunca llegar a trasplante. Solo con un equipo en el que se juntan capacidad y esfuerzo es posible conseguir estos resultados.

Comparte con ellos la Castelao. 

Es que yo sola no sería capaz, el premio es para todos, sin ellos mi trabajo no tendría sentido. Me siento agradecida por muchas cosas, por poder estudiar la carrera de Medicina, que era la que me gustaba, de hacer la especialidad en Madrid, en un hospital de prestigio, de estar en el extranjero y conocer a gente del oficio en Standford, Chicago o Nueva York. Y después, en el año 93, de encontrar un hospital muy bueno y una muy buena unidad de cardiología. Desde ahí, cada día he seguido ilusionándome con mejorar y con hacer el trabajo lo mejor posible.

Desde el año 93 hasta ahora, la unidad se convirtió en la tercera en volumen de trasplantes en España. 

Cuando vine aquí había alrededor de 40 trasplantes al año y ahora estamos en los 815, aproximadamente. 

¿Hacia dónde avanza la innovación en la especialidad?

Hay muchos niveles. En insuficiencia cardíaca cada vez hay más fármacos, dispositivos no farmacológicos que pueden tratar alteraciones valvulares que tienen los pacientes, avances en cirugías, trasplantes y corazón artificial. Todo va en constante mejoría, en unos días tendremos aquí una jornada con cardiólogos de referencia nacional e internacional, donde se reflejará que estamos en constante aprendizaje.

¿Cada vez hay más posibilidades de supervivencia?

Hay cada vez más opciones, yo siempre soy muy optimista. Lo importante es ofrecerle al paciente un tratamiento individualizado: no todo el mundo es igual. La insuficiencia cardíaca no es una enfermedad, es un síndrome que se produce por varias enfermedades. El arte de tratar a esos pacientes es hacerlo de forma individualizada y saber qué necesita el paciente en cada momento.

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