En 1995 un temporal de nieve y frío azotó la provincia. Aún así, los ourensanos salieron a la calle para celebrar una de sus fiestas más especiales
Aún con los restos de purpurina en los disfraces, Ourense despide uno de sus Entroidos más cálidos. Y es que el tiempo de carnavales suele ir de la mano de lluvias y de frío, especialmente en el triángulo mágico de la provincia.
Año atípico este 2020 en el que el termómetro rozó los 20 grados en Ourense y que permitió a los asistentes lucir sus disfraces más veraniegos. Pero el buen tiempo no es habitual. Hace 25 años, Ourense vivió un Entroido marcado por un fuerte temporal de frío y nieve, con temperaturas especialmente gélidas en puntos como Xinzo, Verín, Laza, o Viana.
Recoge la crónica de La Región del 27 de febrero de 1995 que el fuerte temporal "no consiguió detener la tradición en lugares como Xinzo, Verín, Laza, Viana o Vilariño de Conso, que celebraron de manera especial este día".
El frío tampoco fue inpedimento para que los cigarrones salieran a la calle en el desfile del "domingo gordo de Verín" ni para que mayores y pequeños asistieran a la Plaza Mayor de Ourense a aclamar a sus reyes del carnaval.