CRÓNICA

El primer parto del hospital sin paritorio

Javier Castrillo y Rogelio Viñán, ginecólogos de Verín.
photo_camera Javier Castrillo y Rogelio Viñán, ginecólogos de Verín.
La velocidad de dilatación de una embarazada primeriza de Verín llevó al jefe de Ginecología en la villa a tomar la decisión de saltarse la instrucción de derivar el parto al centro hospitalario de Ourense y atenderlo en la villa. 

Tras los alumbramientos de Adam y del otro pequeño verinés que llegó al mundo el pasado 30 de noviembre -cuyos padres prefirieron mantenerle en el anonimato- las inconfundibles paredes del área de Maternidad Hospitalaria de Verín, pintadas por Mon Devane, no habían vuelto a acoger otro nacimiento. 

El cierre del paritorio se hizo efectivo el pasado 1 de diciembre y, a partir de aquel momento, todas las gestantes en riesgo de dar a luz tienen que ser derivadas a Ourense. Pero este protocolo no se pudo cumplir este jueves. 

Pasada la media noche, una mujer de 30 años rompía aguas en Verín. Los facultativos del servicio de Ginecología y Obstetricia habían estado atendiendo el preparto de la mujer quien, haciendo caso a las recomendaciones que recibió inicialmente, acudió con su pareja a su hospital de referencia para ser valorada por la matrona y el ginecólogo de guardia. La gestante se presentó en el hospital con una dilatación de cuatro centímetros que, 30 minutos después, pasó a ser de seis. "A esa velocidad de dilatación está contraindicado trasladar a una paciente", esgrimió el jefe de Ginecología de Verín, Javier Castrillo, que con el objetivo de evitar que el alumbramiento se produjera en la ambulancia, decidió asistir el parto en la villa. "Nos consultaron la decisión, nosotros estábamos siendo bien atendidos y dijimos que sin problema, que para adelante", apunta la pareja de la gestante, que prefiere preservar sus datos personales.  

Javier Castrillo requirió, por su parte, la presencia de un pediatra de guardia desplazado desde Ourense. Antes de confirmar dicho traslado, el ginecólogo aseguró que la dirección de guardia de la capital le llamó y le comunicó, según Castrillo, "que había asumido un parto en un hospital sin pediatra y que tenía que apechugar". Esto le llevó finalmente a consultar la situación con el juzgado de guardia, desde donde se le recomendó "que actuase según su criterio médico, teniendo en cuenta que lo prioritario era el bienestar de la madre y del bebé". En este punto y debido al revuelo generado este jueves, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia quiso aclarar "que no existe una decisión judicial sobre dónde se tenía que producir el parto". El Sergas quiso dejar claro que "non existiu negativa por parte do Servizo de Pediatría a trasladarse" y que "non consta que o xinecólogo de garda en Verín solicitase intervención xudicial". 

Finalmente la especialista en pediatría llegó a Verín y auxilió el nacimiento, que se produjo a las 05,50 horas de la madrugada. "El parto fue rápido y maravilloso", recuerda el padre del bebé. "El trato en Verín fue excelente, pero el problema vino después. La pediatra no nos dejó al bebé ni 10 minutos. Lo pusimos en el pecho de la madre, justo estaba intentando engancharse y ya se lo quitaron. Le pedimos que nos lo dejaran dos horas, que era lo que iba a estar la madre en observación, pero nos dijo que no, que tenía que documentarlo en Ourense", añadió el progenitor. 

Madre y bebé fueron llevados a la capital por separado en dos ambulancias. Según el padre, una vez en el CHUO  "a mi pareja la dejaron con puntos de sutura dos horas sentada en una silla de ruedas. No sabía el pediatra de Ourense ni que estábamos allí. Mi mujer no decía nada hasta que se empezó a marear". Madre e hijo se recuperan ahora en el centro hospitario, ambos en buen estado de salud.

Te puede interesar