Opinión

¿Qué sería de España?

Hoy, festividad de San Roque, el ayuntamiento renovará el voto por salvar al pueblo de una peste y pediremos también ahora que nos ayude contra el covid-19. Por otra parte, ayer celebrábamos la Asunción de la Virgen. En 1950, Pío XII proclamó solemnemente el dogma de la Asunción, una creencia universal de la Iglesia desde los primeros siglos hasta nuestros días. Este dogma enseña que la Virgen, al término de su vida en este mundo, fue llevada al cielo en cuerpo y alma. Una fiesta grande en toda España. Pueblos grandes o pequeños honran a la Madre de Dios asunta al lado de su Hijo. Es también una gracia saber que es el camino que a todos nos espera. Ella, una mujer de carne y hueso como nosotros, ha logrado ese paso como el fruto más logrado de la humanidad. Y a nuestro país se le llama “Tierra de María Santísima” y así es. Por ello es la Inmaculada la patrona de toda la nación.

Imposible, de norte a sur, encontrar un lugar en el que en este día olviden fiesta. Un día de encuentro y retorno de los emigrantes a sus pueblos, de reuniones familiares y de fiestas. Sólo en Ourense, según el inventario, he encontrado más de dos mil signos marianos en el arte de todos los estilos. Por eso cuando algún pequeño sector, ignorante de la historia de los pueblos y de toda la nación, pretende postergar la fe en estos pueblos acaso desconocen cómo han pensado nuestros antepasados. Pueden cambiar mil y una costumbre y centenares de modos de vida, pero la etnografía, el arte, la cultura y la fe están ahí subyaciendo de manera muy clara.

Y a la Virgen la celebra el pueblo con miles de advocaciones que configuran la idiosincrasia española. Corro el riesgo, y lo sé, de olvidarme de muchas, pero permítanme un breve recorrido desde Begoña y Aránzazu, al Pilar, Torreciudad, Montserrat, los Desamparados, la Fuensanta, la Paloma, la Almudena, la Fuencisla, las Angustias, la Virgen del Mar, el Rocío, la Peña de Francia, Covadonga… Y en nuestra Galicia, además de celebrar el Carmen sobre todo en el litoral, están Os Remedios, el Rosario, Ojos Grandes, la Franqueira, A Barca… Y en el Ourense mariano, sin duda alguna la mayor advocación gallega, que son los Milagros, pero también los Remedios, la Guía, Armada, Santa María Madre, el Viso, la Clamadoira…

Perdónenme las ausencias porque lo he escrito de memoria y faltarán sin duda muchas. Cada una celebra a María en un día determinado, pero es la misma persona que como definió el Concilio de Efeso en el siglo V es Madre de Dios, de la segunda persona de la Santísima Trinidad desde la Anunciación, y madre nuestra desde que Cristo nos la dio así desde la cruz representados en San Juan. Y todo ello porque, en feliz frase de Scoto frente a Santo Tomás: “Dios quiso, pudo y la hizo Inmaculada en previsión de los méritos de su Hijo”. Solía decir nuestro obispo Temiño que: “España no es España sin la devoción a la Virgen”.

Dejo para el final a mi preferida advocación que es María Auxiliadora, precisamente en este día 16 de agosto fecha del nacimiento de Don Bosco que nos recordó siempre: “Acudid a María Auxiliadora y sabréis lo que son milagros. Porque cuando Ella ruega, todo se obtiene, nada se niega”.

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