Opinión

Querido Ramón, seguimos igual

Han pasado 14 años desde que este chófer de anécdotas prestó las manos a Ramona Maneiro para contar en el libro "Querido Ramón" (editorial Temas de Hoy) como la noche del 12 de enero de 1998 ella había prestado las suyas a Ramón Sampedro para terminar con 29 años, cuatro meses y algunos días de vida en el infierno tras quedar tetrapléjico al calcular mal una zambullida en la playa de As Furnas en Porto do Son. Tenía 55 años y se había pasado más de la mitad de su existencia postrado en una cama.

El Oscar a la mejor película en habla no inglesa conseguido unos meses antes por el director Alejandro Amenábar con 'Mar adentro' y un impactante Javier Bardem en el papel de Sampedro, además de la confesión de Ramona Maneiro en 'El programa de Ana Rosa' una vez prescrito el delito, habían devuelto el espinoso tema a la actualidad, como quería el protagonista de la historia. Ramón fue el primer español en reclamar el suicidio asistido ante los tribunales, pero como no fue escuchado tuvo que hacerlo a escondidas y con sufrimiento al equivocarse en la dosis de cianuro que ingirió. 

Durante un mes de entrevistas diarias se dio la ocasión de acompañar a Mariposiña, como la llamaba Ramón, a charlas organizadas por Derecho a Morir Dignamente. Albergaban la esperanza de que la eutanasia se despenalizase con Zapatero en el Gobierno. El socialista contó después con mayoría absoluta, como también Rajoy, aunque la sensibilidad de su parroquia es distinta. Ahora Ángel Hernández se puede enfrentar a la cárcel por ayudar a morir a su mujer, María José Carrasco, aquejada de esclerosis múltiple.  El tema regresa a la agenda política, pero querido Ramón, 14 años después seguimos con promesas.

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