En la plaza de Diego González Blanco hay señales que indican que no están permitidos los perros. Pero hay gente que hace caso omiso a las indicaciones y deja que los animales hagan sus deposiciones en él sin tener en cuenta que allí luego hay niños paseando o tirándose por la hierba. Alguien tiene que explicarles las normas y velar para que las cumplan.
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