Las restricciones reducen en un año en Ourense la movilidad a la mitad

Ourense 31/7/20
Tráfico en la A-52 y en acceso centro por el regreso y salida de vacaciones
Fotos Martiño Pinal
photo_camera MARTIÑO PINAL
Ribadavia o Verín, puntos de la provincia en los que más se percibe la limitación a lo más esencial

Camino ya de los dos meses con restricciones para frenar la propagación del coronavirus, los viajes son uno de los termómetros que mejor permiten comprobar el cambio de paradigma. En un mes como el de noviembre en que los eventos se multiplicaban (magostos, San Martiño...), la movilidad se ha desplomado a la mitad respecto a lo que sucedía hace justo un año. Así lo refleja la nueva ola de datos publicada por el Instituto Nacional de Estadística, que ha decidido analizar otra vez el posicionamiento de los teléfonos móviles.

Si en noviembre de 2019 salían en la provincia de Ourense de su área residencial algo más del 27% de la población, en el presente año ese porcentaje se sitúa alrededor del 13%, con datos diferenciados en función de los territorios en los que la Xunta ha impuesto limitaciones con cierres perimetrales.

En lo que respecta a la ciudad de Ourense, el INE la divide en cinco distritos, aunque todos ofrecen conclusiones similares, mostrando el pasado ejercicio que más de un tercio de sus vecinos abandonaban su área de influencia, mientras que a día de hoy ese porcentaje no alcanza el 20%. Se mantiene la movilidad por cuestiones de trabajo, pero la reducción de la oferta de ocio limita muchos movimientos, ya que durante varias semanas solo se pudo ir a Barbadás, donde la disminución está en la línea de la que muestra la ciudad de As Burgas.

Mientras, en Carballiño, municipio que ha sido tomado como modelo para aplicar restricciones en otros puntos de Galicia, los desplazamientos de la población también se han resentido, aunque en menor medida que en el resto de la provincia, pasando de afectar a casi el 16%% de los vecinos a alrededor del 11% en las jornadas laborables.

El "efecto covid" en la movilidad es más visible si cabe en Verín, donde los hosteleros decidieron cerrar por iniciativa propia ante la escalada de casos. En la villa del Támega, la disminución interanual fue más acusada al pasar las personas que abandonaban la localidad del 19,7% a apenas el 6,2%.

El dato más impactante se produce, sin embargo, en la última villa que echó el candado. Según los datos publicados por el INE, en noviembre de 2019 más del 34% de los vecinos de Ribadavia se desplazaban fuera de sus fronteras, mientras que en el último dato disponible ese porcentaje se situó en el 8,62%.

También Boborás, que pese a su tamaño también se ha visto condicionada por las medidas anticovid, nota esas limitaciones al bajar a la mitad los desplazamientos, del 27% al 13%. 

El rural se revitalizó en verano, pero también notó la pandemia

En su última publicación, el INE apuesta también por desarrollar un estudio experimental sobre la movilidad estacional, analizando cuatro fechas clave por coincidir en festivo y ver así cómo ha afectado el coronavirus a la movilidad en estas jornadas.

Los dos primeros días elegidos fueron el 18 de julio y el 15 de agosto, mientras que se tendrán en cuenta también dos fechas de Navidad. En esas fechas señaladas de la época estival, Ourense ofreció comportamientos dispares. Si en julio pernoctaron ese día unas 301.000 personas, menos de la población residentes, un mes más tarde la provincia soportaba un 10% más de vecinos.

Todo ello pese a que la pandemia obligó a reducir al mínimo las fiestas en una jornada habitualmente muy intensa en toda Galicia. El rural, como es habitual en la época estival, se revitalizó, pero a un ritmo más reducido que el año pasado, ya que ningún concello llegó a duplicar el 15 de agosto su población residente, algo que sí sucedió en 2019.

Por el contrario, la ciudad de Ourense sí que notó el éxodo, siendo la urbe de Galicia en la que más se redujo la población que pernoctó en esa jornada. Lo hicieron poco más de 76.000 personas.

Te puede interesar