sanidad

El salto a la modernidad de la sanidad cumple medio siglo

chuo
photo_camera Autoridades, durante la inauguración de la residencia.
El CHUO se vuelca para conmemorar la apertura en 1969 de la Residencia Nosa Señora do Cristal

La sanidad ourensana celebra este martes una efeméride que supuso un importante salto hacia la modernidad. Un 13 de agosto, pero de 1969, tenía lugar la apertura de la Residencia Nosa Señora do Cristal, una instalación que supuso un hito para mejorar la atención a la ciudadanía y que se convirtió en el embrión de lo que hoy es el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO), a la espera también de la remodelación integral que se incluye en el Plan Director para adecuarlo al paso del tiempo.

Serán precisamente todas las historias y experiencias acumuladas desde aquel 13 de agosto de hace 50 años las que quiere poner en valor la gerencia del área sanitaria ourensana, que ha preparado un amplio programa de actividades durante los próximos meses para conmemorar la puesta en marcha de la residencia sanitaria, que tendrán el pistoletazo de salida con una exposición fotográfica que se inaugurará este martes. En los eventos que se llevarán a cabo, se quiere poner en valor a aquellos trabajadores que permitieron la puesta en marcha de este equipamiento.


Características


Levantada sobre un solar de 20.619 metros cuadrados, la residencia tenía una superficie edificada de 17.724 metros, constando de sótano, semisótano y siete plantas con capacidad para 200 camas y la posibilidad de ampliarlas hasta 250. Ponerla en funcionamiento requirió una inversión de 145.821.327 pesetas, además de 60 millones en equipamiento. Estaba dimensionada para atender una población de 87.291 personas.chuo

La cartera de servicios era amplia, con Medician Interna, Radiología, Laboratorio, Cirugía General, Traumatología, Urología, Oftalmología, Otoriino, Anestesia-Reanimación, Tocoginecología y Pediatría. El personal sanitario ascendía a 30 facultativos, 51 enfermeras, cuatro comadronas y 17 auxiliares de clínica. A estos se unían un conserje, 14 celadores, un mecánico, un fontanero, un electricista, un carpintero, dos calefactores, dos telefonistas, dos modistas, dos cocineras, tres planchadoras, tres lavanderas , siete pinches de cocina y nueve administrativas. En total, la residencia abría con 156 trabajadores en plantilla.

El equipamiento cogía el testigo de la antigua residencia, situada en la actual rúa Progreso, frente al Palacio de Justicia, y dependiendo del Instituto Nacional de Previsión. Conocida popularmente como la "mutua" y también llamada "casa de campos", era un edificio de cinco plantas de las que tres eran para la residencia. 

Te puede interesar