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Salva a su exmarido, en el caso Esmorga: “No mata una mosca"

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photo_camera Los acusados, en primer término, escuchan a uno de los testigos. (FOTO: MIGUEL ÁNGEL)

Esta testigo, sin embargo, no dudó en sospechar de él cuando supo del hallazgo del cadáver

Pese a que Pilar S.F., la exmujer de Eduardo López Fernández, uno de los dos inculpados en el crimen de “A esmorga”, se empeñó ayer en defender, por momentos con una memoria selectiva, la inocencia del padre de sus tres hijos, lo cierto es que cuando supo la noticia de que había aparecido un cadáver en el embalse de Albarellos, en la mañana del 20 de diciembre de 2014, sospechó también de él. “Foron eles”, les dijo de forma espontánea a unas cuantas personas que estaban en el bar Porvenir de Carballiño, en alusión directa a su entonces marido y su amigo Óscar Estévez López, ambos procesados por el asesinato del joven de 22 años Alexandru Walter Boghiu (ahogado en el canal del Viñao).

Diego G.L., miembro de Protección Civil, lo escuchó. El hostelero, también, tal y como confirmaron en la tercera sesión del juicio con jurado celebrado en la Audiencia de Ourense.

Pilar S.F. había acudido con sus hijos al bar, en donde también estaba Brais P.V., a desayunar, y se encontraba “toda loca” y “nerviosa”, en palabras de los testigos. Según el hostelero, Michael D.R., Pilar contó que poco antes hubiera una pelea en su casa de Cameixa (Boborás) y que escuchó que "ían tirar ó río ó chaval", aunque ella ayer aseguró no recordar esa mención.

Víctor Manuel D.R. recibió una inesperada llamada de teléfono de Pilar (en la tarde del día 20 de diciembre) en la que le relató que fueran ellos quienes lo arrojaron al embalse. Pero no le interesó esa confesión y le cortó rápido la conversación.

En el turno de la exmujer, esta  rompió varias lanzas a favor de Eduardo. Pilar relató al jurado que presenció como Óscar Estévez López "malló" una y otra vez "no rapaciño". Los "hostiazos" se los atribuyó unicamente al amigo de su exmarido y en un sola dirección (no vio a Alexandru pegar). Eduardo, según dijo, "non lle tocou". Y no dudó en ofrecer detalles sobre su virulencia: "Vin ó chico no chan e pensei que o matara da paliza que lle dera". 

Y, aunque llegó a reconocer que en un primer momento pensó lo peor de ambos por el jaleo que hubiera poco antes en la casa de Cameixa, hizo una aclaración.  "Eduardo non é capaz de matar unha mosca, pero Óscar non sei, na forma en que estaba", precisó.

En los días posteriores a la muerte del joven se produjeron varios encuentros con los hermanos de Eduardo para hablar del caso y éste dio "sempre a mesma versión". En uno de estos encuentros, según la versión de la testigo, apareció Óscar y les dijo a todos los presentes que había sido él, que Eduardo podía estar tranquilo porque, si pasaba algo, él confesaría. Además, Óscar les comentó que "o chico non tiña familia" (la madre está personada como acusación particular) y "todo quedaría en nada". A partir de aquí, "empezaron a tomar decisiones para demostrar que Eduardo no había hecho nada" y grabaron una conversación telefónica con Óscar en la que intentaban que confesase que había sido sólo él el culpable, pero esto no ocurrió.

También declaró ayer una hija de Eduardo. En días posteriores a la muerte, "Óscar dijo que había sido él y que, si lo tuviera que volver a hacer, lo haría", en una conversación en la que ella estaba presente junto con su padre y sus tíos. 

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