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El salvajismo saquea el CHUO

Los ladrones cercenan a diario las prestaciones de las instalaciones hospitalarias. Sillas de ruedas, piezas metálicas, alcachofas de ducha, rollos de papel, cuentos para niños.... Los responsables piden más civismo. "Es la casa de todos"

Sillas de ruedas, perfiles metálicos del ascensor, pomos de las puertas, la alcachofa de las duchas y hasta una televisión. El listado de hurtos en el Complexo Hospitalario Universitario de Ourense (CHUO) no cesa, incluso dentro de las habitaciones ocupadas por pacientes. Los responsables están hartos y piden la concienciación ciudadana para poner freno a los amigos de lo ajeno en un servicio que es de todos. "Existe o concepto de que como é de todos, non é de ninguén, e temos un verdadeiro problema con isto", señala José Núñez, jefe de servicio de Logística.

Las marcas de los pies en las paredes o las manchas de café en los sillones son tónica habitual ya del CHUO. El problema es cuando el incivismo alcanza puntos como el robo continuado de libros y juguetes colocados en el Materno-Infantil.  "Montamos la consulta de atención temprana para los niños con rehabilitación, con una sala preciosa llena de juguetes y cuentos, no queda ni uno, se llevaron hasta un mueble", lamenta Durán. 


Sin pudor


Los ladrones no tienen pudor. También se llevaron recientemente ordenadores de algunas consultas –con la pertinente denuncia en la Policía–, e incluso un televisor de una de las salas de espera del Materno. "Nalgunha tenda online de compraventa apareceu algunha pantalla", señala Núñez, que afirma que cada vez que desaparece algo pegar un "barrido" por distintas plataformas web. ¿Vigilancia? "O complexo ten unhas 140 cámaras e nós facilitámosllas, pero hai cousas que se poden meter nun bolso  e que é dificilísimo detectar". El último ordenador birlado, en Hematología,  lo sacaron por una ventana, y ya está denunciado.

Hay robos continuados, de forma semanal a familiares en las habitaciones, pero en muchos casos se niegan a denunciar, aunque el CHUO lo hace como institución. "Tenemos una caja fuerte y pedimos siempre a los familiares que no dejen cosas de valor, pero casi pocas veces lo hacen", insiste Durán. 


Vigilancia


Lo máximo que pueden hacer desde la gerencia es pedir a los miembros de seguridad que estén atentos a sospechosos habituales, ya que, al ser un servicio público, no puede prohibir la entrada a nadie. Más sangrante es la situación de los baños para familiares de bebés en el Materno. Hace un año se renovaron las instalaciones, con modernas duchas y ya no queda ni una alcachofa, se llevan el papel higiénico, las piezas metálicas de los percheros, los pulsadores de las cisternas y hasta las escobillas del váter.... Lo más sangrante es el papel higiénico, "lo ponías y a los pocos minutos desaparecía, ahora tuvimos que poner dispensadores", subraya Núñez. Aunque también los arrancan entero 

"Horrible, falta de solidaridad....". A estos dos responsables no les llegan los calificativos para la situación. A los ascensores les han quitado los perfiles de acero de las jutnas, "Non hai unha partida para roubos, polo que isto repercute no orzamento", señala Núñez. "Hay un seguro, pero claro, para cosas de entidad, no para pequeños robos del día a día", explica Durán.  "No caso de ordenadores ou roubos importantes reponse ao momento e faise denuncia", dice Núñez. De momento, el equipamiento clínico, lo más cara, permanece más o menos a salvo. 

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