PERFIL

Samuel Prada, un luchador convencido

Compañeros en la milicia del ourensano Samuel Prada León destacan su disposición a batallar en primera línea "pese a todas las consecuencias", marcado por la cuestión humanitaria. 

Alistado en la principal milicia kurdosiria, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), el joven Samuel Prada León, con origen en Ourense y que ha muerto en el enclave kurdo de Afrín, llegó allí sin formación militar previa pero dispuesto a luchar en primera línea, según relatan compañeros de filas.

"Baran Galicia", como se hacía llamar, "era un joven que no tenía experiencia militar", pero pese a ello, "estaba en primera línea y dispuesto a hacer lo que se le decía pese a todas las consecuencias", asegura en una conversación telefónica el también miliciano español Simón, compañero de Prada.

Ambos lucharon el año pasado contra el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en Al Raqa y Deir al Zur, en el noreste de Siria, y el fallecido sólo había recibido entrenamiento durante un mes en un campamento de las YPG.

Simón, integrante de la Unidad de Protección de Sinyar (YBS),  convivió durante un mes con el ourensano en Al Raqa, considerada la "capital" del EI en Siria hasta que fuerzas lideradas por kurdos la liberaron.

Prada León "no tenía ninguna razón religiosa" para unirse a las filas de las milicias, sino que era más "por tema humanitario, ya que sufría mucho por lo que les pasaba a los civiles", comenta Simón.

El ourensano llegó a Rojava -como se denomina el Kurdistán sirio- en julio de 2017 para unirse a las YPG, y posteriormente fue enviado al campamento para recibir entrenamiento "ideológico", familiarizarse con el "lenguaje de las armas", así como en los "principios de igualdad de género", afirmó la fuente de las YPG. Una vez que finalizó la formación, participó en la campaña contra el EI en Deir al Zur con "todo el equipo de voluntarios extranjeros", apuntó la fuente de la milicia.

En un vídeo, vestido con uniforme y un turbante negro, se presenta hablando un inglés rudimentario y asegura que se ha unido al grupo para "ayudar a la gente en la lucha contra el Dáesh".

La fuente de las YPG dijo que Baran era un luchador "fuerte y bueno", que acudió a Afrín por voluntad propia y que ya había mejorado sus habilidades militares. Además, afirmó que le apasionaba la participación de la mujer en la batalla, pues el español tenía un profundo respeto y amor a las mujeres que combatían, según el relato de la fuente. 

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