Opinión

Santificarás las fiestas

Lunes, 25 de febrero | La cosa va de récord y cambio climático

Qué será del primo de Rajoy? ¿Qué será del propio expresidente, si me apuran? Le hemos visto esta semana sentado en una silla del Tribunal Supremo, incómoda aunque sea como testigo. Ahora que hay una derrama electoral sin precedentes se nos va hacer raro no verle con sus tics en los debates de la tele. De su primo, decíamos, no hemos vuelto a saber. Aquel indefinido personaje al que hizo famoso Rajoy para desmentir hipotéticas consecuencias catastróficas por el cambio climático. El periódico decía que el termómetro había marcado un récord histórico para febrero en la ciudad. Los récords cada vez son más históricos y cada vez duran menos. Están para batirlos, como dicen los atletas. Como a Rajoy, batido y abatido. Su primo, ya no digamos.

Martes, 26 de febrero | Otra cornada más, no será la última

La Región informaba que ciertos proyectos políticos se desvanecen y que otras propuestas modifican su envoltorio a modo de plástico con burbujas para que el electorado las explote con la yema de los dedos, que dicen que desestresa mucho. Bermello se lo piensa, Pachi regresa, si es que algún día se fue. Es la política nominativa, la que convence por la sonoridad de un nombre o un apellido. Antes eran las ideas y los programas, ¿recuerdan? Vou (Vivir Ourense) se llama el proyecto del primero, que vuelve a boxes, como cuando un equipo de fórmula uno no está seguro de hacer un buen papel ni siquiera en la vuelta de clasificación. El segundo sale del taller con las tuercas a medio apretar, pero ahí está, confundido y confundiendo: no se sabe si su victoria es ganar o estorbar para que no lo haga otro. El rencor es muy humano, ese resentimiento que reconcome y empuja al abismo de la venganza. El rencor más duro es el que crece en la proximidad, en el epitafio de la amistad o del amor. Puede ser un programa electoral ese sentimiento, crecido para pasar factura al PSOE, sobre todo hoy que todo se compra en política, ese gigantesco top manta en el que casi todo el mundo cae tarde o temprano. Sabiendo que todo es falso, claro. Bermello se lo piensa; Pachi es más "chimpao", salta al ruedo para recibir al toro a porta gayola, como Juan José Padilla en tardes de gloria. ¿Cornadas? Le esperan unas cuantas. Un  día le preguntaron a Manuel Laureano Rodríguez Sánchez: "¿Pero usted vio que el toro se le venía encima? ¿Por qué, entonces, no se apartó?". Y contestó: "¡Ya lo creo que lo vi! Lo que ocurre es que yo no me apartaré de los toros mientras me llame Manolete".

Miércoles, 27 de febrero | Otra sobre si el tamaño importa

Hay una parte de los comerciantes que pasan más tiempo mirando por el rabillo del ojo al de la tienda de al lado que mirándole a la cara al cliente para interpretar lo que quiere. Y, claro, las grandes cadenas dicen como Napoleón: "Cuando el enemigo se equivoca, no le distraigas". Querían echarle una pensada unos cuantos a qué hacer con el oficio, incluso si merece la pena abrir los domingos o, siquiera, algún domingo. El periódico así lo contó. La sola invitación al debate ha provocado una salida en tromba cuestionando tal posibilidad. Abrir el domingo no será la solución. Posiblemente no. No lo sé, ellos sabrán, que son los que arriesgan su pellejo todos los días. Un comerciante picó el hormigón del Paseo para levantarlo cuando se quiso hacer peatonal porque iba a ser la ruina del gremio. En el siglo XIX alguien pronosticó que los pasajeros del tren se morirían asfixiados porque la alta velocidad les impediría respirar. En la década de los 70 del pasado siglo, algún "experto" pronosticó que jamás se popularizaría el uso del ordenador, menos en casa. También Internet construiría una sociedad automatizada e incapaz de relacionarse. Claro, también se tildó de juguete inútil el teléfono. Un grupo de comerciantes predice que la apertura dominical no merece ni discusión. Están en su derecho. Desde que el sector está en una situación delicada no se ha escuchado una sola autocrítica a sus organizaciones y a lo mejor había que empezar por ahí. A ver si lo que son pequeñas son las entendederas y no las tiendas.

Jueves, 28 de febrero | Una forma de buscar la sostenibilidad

La Xunta invita a ser Obelix para hacer sostenible el monte. Impulsa, decía un titular de portada, el consumo del bicho como respuesta a los accidentes que causa. Se supone cuantos más vayan a la olla, menos quedan para dañar el parachoques. Pues anda que no nos queda fauna que comer.

Viernes, 1 de marzo | La grandeza de vivir en este oasis

El Entroido transmuta la realidad, también desde el punto de vista económico y demográfico. No sé de dónde sale tanta gente que le tuerce la voluntad a la guadaña del envejecimiento. No sé de dónde sale tanto dispendio, aunque solo sea para comer cocido. Cómo es posible que tomen vida personajes ancestrales donde solo hay sombras de soledad. Cómo es posible que aldeas tapadas por la espesura de las tinieblas asomen a este lado de la vida desde ignotas tradiciones, ropajes imposibles y danzas endemoniadas. Dónde estaba este agosto en marzo. Dónde se escondía este oasis económico, demográfico y etnográfico. Bebamos, comamos, riamos al menos mientras el oasis tape el desierto.

Sábado, 2 de marco | Esos motores que impulsan la ilusión

Una de las primeras cosas que hacemos cuando nos confirman que traemos una criatura a este mundo es buscarle nombre. En Ourense se gesta un centro de innovación de la Formación Profesional. Hasta el momento hay decisiones tomadas, compromisos de inversión y alguna cosa más. Entre ellas, el nombre. Se le quiere bautizar con el nombre de Eduardo Barreiros, que no es mala elección. Una vez aplaudida, sigamos haciendo planes, como con la criatura: la llevaré de la mano, le enseñaré a andar en bici, visitará la aldea. Esas cosas, esos motores de la ilusión. 

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