OURENSE NO TEMPO

Semana Santa ourensana

Domingo de Ramos (foto Pacheco).
photo_camera Domingo de Ramos (foto Pacheco).

Muchas manifestaciones religiosas se han perdido con el paso del tiempo, y otras han cambiado sustancialmente su formato. La Semana Santa ourensana es un claro reflejo de estos cambios. En mi opinión, por fortuna, la esencia de la tradición continúa vigente aunque bien es cierto que cada vez la edad de los participantes es mayor. Actualmente la procesión del Domingo de Ramos y la del Santo Entierro son las que concentran mayor número de devotos y públicomaria_teresa_rodicio_gonzalez_foto_cardoso_domingp_de_ramos_region_resultado, por delante de la que se celebra el Domingo de Resurrección, si bien esta última, con la recuperación del Desplante está recuperando tirón. Otro acto que a mí al menos siempre me impactó, fue la Vigilia Pascual la noche del Sábado Santo, por muchos desconocida. 

En el pasado han sido muchas las variaciones, pero a modo de comparativa, he intentado recuperar los usos y costumbres de los años 20 del siglo pasado.

Lázaro, Ramos en Pascuas estamos. A las ocho de la mañana, bendición de palmas, ramos y olivos en las parroquias, con procesiones en el entorno de cada templo, para después promover el traslado de los fieles a la Santa Iglesia Catedral donde, al rematar la misa pontifical programada para las nueve, comenzara la procesión de Ramos. El recorrido era ciertamente corto, limitándose a bajar por la calle Juan de Austria, siguiendo por Tiendas, Plaza de San Martín y Plaza del Trigo, donde terminaba. Ya por la tarde los franciscanos se encargaban de organizar la procesión del Ecce Homo con la presencia de autoridades civiles y militares, siendo la que contaba con más participación. En este acto, hasta finales del XIX, participaban niños vestidos de “angelotes”, portando los atributos de la Pasión, (dados, tenazas, látigo… los que según la biblia se utilizaron para el sufrimiento de Jesucristo). Con variados argumentos, se decidió que era mejor que fueran ya muchachos de más edad los encargados, pero sin embargo andando el tiempo volvieron los niños a participar y tener un papel protagonista al representar a muchos de los personajes de la Pasión. Hacia los años 60 desapareció esta procesión del programa de actos.

 Tres jueves hay en el año que relucen como el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el día de la Ascensión... Era día de oficios, el eje principal era la consagración de los Santos Óleos y Chrismas para lo cual en la Catedral desde primeras horas de la mañana comenzaba la actividad, coro y misa mayor oficiada por el señor obispo, que culmina con una procesión por el interior del templo. El otro evento de ese día era el lavatorio de pies, para lo que se invitaba a doce pobres de la ciudad a participar. Ya desde primera hora de la mañana se ponían a disposición del cabildo y aunque tenían que presenciar todos los actos, con variedad de sermones y procesión final por la Catedral, siempre había exceso de voluntarios… Al finalizar los actos comenzaban las visitas a los sagrarios de las iglesias, a modo de Calvario, acto que actualmente se prolonga hasta la mañana del Viernes Santo. Supuestamente 14 iglesias debían de ser visitadas, aunque se aceptaba dejarlo en 7. Era llamativo en la zona rural, donde habitualmente solo existía una iglesia, ver a los fieles entrar y salir hasta completar el rito.

Viernes Santo. Era este un día que tenías que organizarte si quieras participar en todos los actos. A las cinco de la mañana, en la Catedral, se pronunciaba el "sermón de la Agonía" y acto seguido, en la Praza Maior, una de las procesiones que más gustaban a los ourensanos, el horario sin embargo no ayudaba mucho a la asistencia, pero entonces la iglesia era más exigente con sus fieles: se trataba de la procesión del Encuentro. Por la tarde, a las cinco, de nuevo en la Praza Maior se desarrollaba el Desenclavo bajo un silencio sepulcral que únicamente las palabras del oficiante rompían. A continuación tenía lugar la procesión del Santo Entierro, reservada entonces únicamente a los hombres, quienes de riguroso luto y con sus velas procesionaban por las calles ourensanas. Más o menos dos horas después de su conclusión era el turno de la procesión de las mujeres , la de “Os Caladiños” (hoy el sábado de madrugada) en la que se escuchaban los “ayes” con tal sentimiento que en ocasiones los llantos eran generales. El coro De Ruada, que tenía su sede en una esquina de la plaza, colaboraba con sus cantos a dar prestigio al acto. 

Sábado Santo y Domingo de Resurrección. El Sábado Santo es un día fundamental en la liturgia cristiana; comenzaba el día con un repique general de campanas que se encargaba de avisar a toda la ciudad que comenzaba el sábado de Gloria. A primera hora de la tarde, la Virgen dejaba su “casa” Santa María Madre para preparar el encuentro con su hijo en la Catedral.

El domingo de madrugada se celebraba el encuentro dentro de la basílica ourensana para después de una misa solemne proceder al regreso de la Virgen a Santa María Madre, rematando así los actos de la Semana Santa. 

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Notas históricas  de la semana santa

- Durante el desenclavo de 1891 se produjo el tristemente recordado asesinato de la “pobre Asunción”, a manos de un antiguo novio.

- El Desplante es el resultado de un conflicto entre obispo y autoridades locales, por haberse estas negado a colaborar económicamente en la reparación de la escalinata de Santa María Madre. Por ese motivo el Domingo de Resurrección, cuando la procesión de Santa María llega al pie de las escaleras, el obispo detiene a las autoridades impidiéndoles que pisen lo que no han querido pagar...

- Siempre existió el problema de decidir la participación o no de niños en los actos considerados más “serios”, sin embargo nunca hubo consenso. Lo mismo un año no se veían, como otro se encargaban de cantar los “ayes” en la procesión de "Os Caladiños" o incluso sustituían a pobres o ancianos en el Lavatorio.

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