Opinión

Septiembre

El verano ensaya ya sus últimas melodías como quien apunta la mirada al tiempo de descuento. Septiembre será otra cosa, verano aún sí, pero con otro compás.

Agosto no ha encerrado grandes misterios; también es lo que se le pide. Lo más traído han sido los temas migratorios, que asolan el cuerpo emocional de cualquier individuo bienpensante, Un tema crudo, que no se doblega fácilmente, a la mínima surge esa voz que desafina y al personal diciendo que él no ha sido. Hemos visto expulsiones en caliente de migrantes, después de sortear las vallas de manera violenta, a la desesperada, medidas amparadas en resquicios legales que nadie recordaba; también pateras desembarcando en playas atiborradas de veraneantes, haciéndolos culpables de circunstancias irreconocibles en uno y otro lado. Para realidades migrantes la de los venezolanos, que son como nuestras, ellos fueron quienes dieron alivio económico a muchos conciudadanos; se parte el corazón viéndolos ahora sortear fronteras ante el panorama que se vive en su país.

 Este agosto resucitamos a Franco, cuando muchos jóvenes pensaban en él como en una suerte de personaje de ficción, sin gracia, de voz atiplada, cuerpo rechoncho, siempre embutido en traje de militar, con singular oratoria a contemplar en las imágenes del No-Do. Como en cuarenta años no ha habido tiempo de encontrar un consenso le tuvo que tocar a un desvencijado mes de agosto. Pero como el mes da lo que da, y aunque el dictador dejó de respirar hace mucho, tendremos vida agitada en el entorno de Cuelgamuros hasta bien avanzado el año. 

Y es que no somos muy dados al consenso, qué decir del entendimiento; a la convivencia ya ni la mento. En Cataluña la cosa sigue igual, bueno peor; lejos de alcanzar un equilibrio a fuerza de diálogo, nada como reivindicar el apego a las recurrentes escenas goyescas del garrotazo que tanto han unido en este país.

Ahora, con septiembre encima de la mesa, nos aguarda la vuelta a la rutina y un ejercicio de resistencia en forma de traje; digamos que la misma música pero con otro compás.

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