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¿Será cierto todo lo que dice Teresa Ribera?

Carlos Solchaga, exministro de Economía.
photo_camera Carlos Solchaga, exministro de Economía.
Tiene conciencia medioambiental y abre la puerta a nuevas oportunidades de empleo, pero tanto buenismo aconseja la búsqueda de contradicciones, a riesgo de convertir su relato en el cuento de la lechera.

Dentro de unos días van a cumplirse 32 años de una frase que no dejó a nadie indiferente en la economía española. La pronunció el entonces ministro de Economía y Hacienda Carlos Solchaga en febrero de 1988 y decía: “España es el país donde se puede ganar más dinero a corto plazo de toda Europa y quizás uno de los países donde se puede ganar más dinero de todo el mundo”.  Si bien hubo momentos propicios para repetirla, nadie se atrevió a hacerlo, lo cual tampoco quiere decir mucho, ya que hubo mucha gente que sin decir nada se forró en los años del ladrillo y la corrupción. Puede que Solchaga no tuviese su mejor día aquel 4 de febrero pero otros vinieron que bueno lo hicieron.

Realmente, Carlos Solchaga tenía cierto fundamente para hablar así, porque la llegada de la democracia había coincidido con un período de recesión y estancamiento hasta 1985, año en el que se inició una etapa expansiva. En 1988 España estaba en un tiempo de alegrías, propio de crecimientos del PIB por encima del 4% y del 5%. La fiesta duró al menos hasta la recesión de 1993 y tras rebotar volvió a extenderse prácticamente hasta la gran crisis de 2008, el fin de la cultura del pelotazo.

El modelo de crecimiento de todos aquellos años fue liberalizador y neoliberal, también implacable con varias reconversiones industriales que alumbraron nuevas estructuras de poder económico y financiero. Tiempos de cambio, como ahora, con la diferencia de que en este nuevo siglo poco le queda al Estado para vender y hacer caja como se hacía entonces, gobernase Felipe González (1982-1996) o José María Aznar (1996-2004).

¿Es solo un problema de lenguaje lo que diferencia a Solchaga y Ribera? Ahora se dicen las cosas de otro modo, más inclusivo. Teresa Ribero, vicepresidenta del Gobierno, acaba de proclamar algo no menos llamativo que Carlos Solchaga pero al edulcorarlo parece que es distinto. Suena mejor. Sin embargo, si damos por válido que el Gobierno de Pedro Sánchez prevé entre 250.000 y 300.000 nuevos empleos anuales en la próxima década ante el cambio climático es porque algunos van a hacer grandes negocios. La prueba es que, como admite la vicepresidenta Ribero, van a movilizarse miles de millones del sector público y privado, y aunque ella no lo dice, alguien se va a enriquecer. Es más, habrá territorios ganadores y perdedores y habrá nuevos empresarios emergentes.

¿Por qué lo que decía  Solchaga sonaba perverso y lo que dice Ribera suena bien? Lo fácil es responder que el ministro Solchaga era un especulador neoliberal, mientras que la vicepresidenta Ribera rechaza las formas de producción altamente contaminantes como las derivadas del carbón, y en general, las formas de consumo que desaprovechan los recursos limitados del planeta. Es evidente que tiene conciencia medioambiental y que abre la puerta a nuevas oportunidades de empleo, pero tanto buenismo aconseja la búsqueda de contradicciones, a riesgo de convertir su relato económico en el cuento de la lechera.

Sabido es que las máquinas y las nuevas tecnologías destruirán empleo y que la transición a un mundo más verde puede crearlo, pero será necesario concretar más este nuevo modelo llamado a pivotar sobre tres frentes: la gestión de residuos, el impulso a la producción de energía renovable, y las nuevas políticas medioambientales. No hacerlo puede derivar en frustración.



Al alza | Warren Buffet

Hay milmillonarios que caen mal y otros que desatan simpatías. Es el caso de Warren Buffet, que opera a través de Berkshire Hathaway, una cotizada en Wall Street cuyo valor depende del nivel de acierto de Buffet en la elección de las compañías de las que compra acciones. Buffet no solo cae bien por sus donaciones milmillonarias, sino también porque su manual le compromete a tener visión de largo plazo, a identificarse con los dueños de las firmas en las que toma posiciones y a comprender sus negocios.

A la baja | El día a día

Las recetas del inversor Warren Buffet podrían ser extrapoladas a un hipotético político paradigmático cuando define el valor intrínseco de una compañía en la que va a invertir, pero también hay en su catecismo financiero ideas que nunca adoptaría un político de hoy: por ejemplo, prescindir de lo que sucede en el día a día de los mercados. Buffet prefiere aferrarse a buscar empresas con negocios que tengan barreras de entrada y, en consecuencia, aporten valor.



Protagonistas

Teresa Ribera (Vicepresidenta del Gobierno) - España afronta el cambio climático partiendo de la dependencia energética del exterior. ¿Será una solución la explotación de energías limpias como la solar? ¿O más bien la fuerza del viento o del mar? Si así fuese, ahí estaría el empleo del futuro. 

Yolanda Díaz (Ministra de Trabajo) - En la cumbre de Davos trascendió un informe inquietante para cualquier titular de Empleo: el 40% de los trabajos a los que aspiran los escolares españoles pueden haber desaparecido en 15 años, esto es, cuando se integren en el mercado laboral.

Pedro Sánchez (Presidente del Gobierno) - Dos días después de que el FMI rebajase el crecimiento de España en dos décimas, dejándolo en el 1,6%, acudió a la cumbre de Davos para trasladar un mensaje de tranquilidad a la élite económica mundial y a los mercados financieros.

Nadia Calviño (Vicepresidenta del Gobierno) - La responsabilidad fiscal, la sensibilidad social y las reformas estructurales definirán los tres ejes económicos del Gobierno de coalición, según explicó en la cumbre de Davos, donde dio por hecha la sintonía del PSOE con Unidas Podemos.

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