Opinión

Fernando Simón: gran currículum, polémico trabajo

SIMÓN: GRAN CURRICULUM, POLÉMICO TRABAJO

Ana Mato le nombró director del Centro de Coordinación de Emergencias Sanitarias, y la entonces ministra de Sanidad apostaba sobre seguro: Fernando Simón era un epidemiólogo de importante curriculum, con experiencia en distintos proyectos desarrollados en países de África y América Latina, además de Europa. Un profesional admirado, incluso querido, por su carácter afable y su cercanía. Pero su eficacia como portavoz del equipo que ha dirigido la lucha contra el corona virus ha dejado mucho que desear. 

Se ha convertido en una figura popular, se venden camisetas con su cara y peculiar peinado, y durante meses ha protagonizado más memes y chistes que cualquier otro personaje. Que sea popular por sus muchas apariciones públicas no significa que en estos momentos se le admire por el trabajo realizado durante la pandemia. Todo lo contrario, es objeto de polémica mientras que Salvador Illa, un desconocido cuando entró a formar parte del Gobierno, es hoy un ministro que provoca respeto porque ha sabido estar a la altura a pesar de sus desconocimientos médicos. Sin embargo Simón cosecha críticas porque, siendo médico de reconocido prestigio, ha transmitido la idea de que da prioridad a las consignas políticas antes que a ofrecer respuesta a las preguntas que se hacen los españoles.

A día de hoy no se conoce la cifra de muertos por el covid, o la covid, como parece que es lo correcto. El Gobierno reconoce unos 28 mil mientras que los que conocen bien la situación afirman que suman unos 40 mil. Simón da por buena la estrategia del Gobierno de contabilizar exclusivamente a los que han fallecido por coronavirus diagnosticado, sin aceptar a aquellos que han muerto porque el virus maldito aceleró los males y enfermedades que sufrían. Es una de las razones por las que se cuestiona su papel como Director del Centro de Emergencias, que obliga a decir exactamente cuál es la situación real, independientemente de que la verdad perjudique al Gobierno.

Se le ve influido por un Pedro Sánchez con el que ha establecido una relación muy cercana en estos meses, y entusiasmado por la popularidad que le ha dado la portavocía. Mientras Illa, su compañero de comparecencias, no ha hecho una sola concesión a utilizar el micrófono para fomentar su popularidad o hacerse más conocido, Fernando Simón ha hecho demostración constante de su satisfacción por ser foco de noticias y provocar polémicas sobre su aspecto.

Polémicas que no importan a los que sienten preocupación sincera por la pandemia, su presente y su futuro, y a los que gustaría que Simón dijera de una vez cuántos han fallecidos por el virus, cuántos son los brotes en los que ha reaparecido la covid y dónde están. Y que aprovechara su popularidad para hacer un llamamiento al sentido común, explicando que determinadas reuniones ponen en riesgo la vida de los asistentes y la de todos aquellos con los que tienen contacto.

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