Opinión

Sobresaliente en ridículo

Cuando pisas la moqueta del poder o estás podrido de dinero, aunque estas dos circunstancias suelen llegar de la mano a la fiesta de los que deciden, se presupone que no tienes necesidad de legitimar tu valía con títulos académicos de mercadillo. Hace unos años, un amigo de Amancio Ortega aprovechó una jornada de navegación en el yate 'Valoria' para preguntarle sobre qué le parecía que las principales universidades y escuelas de negocios del planeta se dejasen las pestañas para desentrañar la fórmula que lo ha llevado a la cima de la riqueza mundial vendiendo trapos. El fundador de Inditex no le dio muchas vueltas al asunto: "A algo se tienen que dedicar en las universidades y en las escuelas de negocio. El secreto es tienda, tienda y tienda". Sin más. Es la respuesta de un hombre de asombrosa inteligencia natural que está orgulloso de lo que ha hecho con las cuatro letras elementales para poder buscar un empleo de mozo de los recados cuando era un niño. 

A un colega tan culto como poco acaudalado le indigna la tendencia de los políticos de inflar el currículum hasta convertirlo en un documento sospechoso. "Tienen el poder, tienen el dinero y también pretenden comprar unos conocimientos que no poseen", afirmó sobre el máster aprobado de manera irregular en la Universidad Rey Juan Carlos por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes. Un título innecesario para seguir al mando puede acabar siendo su mortaja política. La vanidad es tan puñetera como los complejos. El currículum de Javier Maroto en la web del PP contiene también un máster que no cursó, pero el vicesecretario argumenta que se trata de una equivocación y que Pedro Sánchez, el secretario general del PSOE, también  llama máster al "mismo curso de posgrado" que hizo él.

Un caso para una tesis doctoral es el del ferrolano Arsenio Fernández de Mesa. Un funcionario con plaza de auxiliar de jardinería en la Junta del Puerto de Ferrol, gracias a que su padre era ingeniero, consiguió estar al mando de la Guardia Civil tras ser delegado del Gobierno en Galicia y un retiro de 180.000 euros por calentar una silla en el consejo de Red Eléctrica Española. Sería un ejemplo de superación si no intentase colar cursillos como másters. Sobresaliente en ridículo.

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