A sus cinco años, Maggie ha vivido ya la peor y la mejor cara del ser humano. Ahora, ya recuperada de las graves lesiones es todo un ejemplo
Maggie tiene 5 años, es ciega, tiene una oreja mutilada y 17 heridas de bala por todo su cuerpo, vestigios de sus primeros años de vida. Maggie nació en el Líbano y fue allí donde sus ángeles de la guarda la encontraron en muy malas condiciones encadenada, embarazada y abandonada a su suerte.
Y la suerte se puso de su lado el año pasado, cuando la organización benéfica de animales con sede en Reino Unido, Wild At Heart, alertada por una petición vía redes sociales, se encargó de su rescate y su posterior recuperación.
Varias cirugías y unos cuantos tratamientos después, Maggie logró salir adelante, demostrando una fortaleza y una capacidad de superación que terminaron por encandilar a Kasey Carlin, una joven voluntaria, de 25 años, que la adoptó y se la llevó a vivir a Brighton, Inglaterra.
Desde entonces, han pasado muchas cosas buenas en la vida de Maggie. Consiguió un hogar, una familia que cuida de ella y la adora, se hizo estrella en Instagram (con más de 250 mil seguidores), y, por si eso fuera poco, recientemente recibió el título de perro de terapia registrado.
Ahora, Maggie visita residencias, hospitales y universidades como perro de apoyo en terapias, y, también, acompaña a Kasey a las múltiples charlas motivacionales en las que su historia sirve de ejemplo para educar e inspirar a otros a hacer el bien.