CRÓNICA

Una soledad ganada a pulso

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El alcalde ourensano, Gonzalo Pérez Jácome, se está viendo cada vez más solo. Cuatro de sus ediles echan pestes sobre él, pero no son los únicos. Varias figuras que conformaron DO en el pasado ya salieron escaldados.

Ni es la primera vez ni parece que sea la última. La ruptura en Democracia Ourensana protagonizada por los cuatro ediles que han saltado escandalizados por las controvertidas prácticas en materia económica y el "autoritarismo" del líder del partido, Gonzalo Pérez Jácome es un nuevo capítulo de los numerosos desencuentros que otros miembros del partido han tenido con el ahora alcalde, cada vez más solo tras ver cómo se han caído por el camino varias figuras, que no han ocultado nunca su rechazo a la forma de ser de Jácome, al que también pone en la picota uno que parecía fiel como Telmo Ucha.

"Efectivamente, traiciona a la gente, la usa y la deja tirada", señalaba en una reciente entrevista a este periódico el edil Manuel Álvarez, uno de los fundadores de DO en 2001 y que consideraba a Jácome un amigo que ha sacado ahora su peor cara, la que también están viendo Miguel Caride, que ejerció como su abogado y fue candidato al Parlamento de Galicia en 2016, Maite Rodríguez o María Dibuja, esta última una habitual en las listas electorales del partido desde 2003. Además, al poco de iniciarse el mandato, ya hubo otra baja en las filas de Jácome, aunque con menos ruido. La número tres de DO, Ana Isabel Rebanales, renunciaba a su cargo al ver imposible sacar adelante, hablando de "discrepancias internas de organización".

El rechazo a Jácome no es algo que se ciña a este mandato, sino que otros muchos han salido escaldados por el comportamiento del líder de DO. "Lo di todo y me traicionó", decía la exedil Laura Nóvoa tras ser excluida de la candidatura de 2019, desvelando hace unos días las razones: "Me negué a aportar dinero y no fui".

Cuatro años antes se bajaba del barco Susana Gómez, que entró en 2011 con Jácome en la Corporación pero que decía basta a escasos meses de las elecciones de 2015. "Ya no estaba cómoda ahí. DO es su proyecto, ya lo deja él muy claro", decía en aquel entonces Gómez, otra de las víctimas del comportamiento del líder de DO, donde también entre bambalinas se nota el hartazgo. Para muestra, el malestar entre varios de sus asesores, quemados por el trato hacia ellos. Una soledad que parece ganada a pulso. 

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