cronica

Soltarse a través de la danza

El grupo de jóvenes practica una de las posturas de la "haka" maorí, en el centro Ardai.
photo_camera El grupo de jóvenes practica una de las posturas de la "haka" maorí, rodeados de naturaleza en las inmediaciones del centro Ardai. (MARTIÑO PINAL)

El monte de la aldea A Telleira, en Coles, se convirtió en el escenario de una "haka", el baile maorí tradicionalmente usado para intimidar a los adversarios. Pero puede tener otros fines, como comprobaron 14 menores tutelados por la Xunta

El baile puede convertirse en una potente herramienta pedagógica. Así lo defienden los profesionales del centro Ardai Educación y Terapia, que este sábado llevaron a cabo un taller de danza maorí con catorce jóvenes en riesgo de exclusión. El monte de la aldea de A Telleira, en Coles, se convirtió durante la mañana en el escenario de una "haka", donde los participantes se transformaron en guerreros capaces de soltar su rabia a través de gestos, gritos y movimiento. 

De fondo, un grupo de caballos y potros -también del centro Ardai- pacían apaciblemente. Sobre el escenario de hierba improvisado, dos equipos a punto de mostrar sus habilidades. "¡Necesitamos a más gente en nuestro equipo, somos muy pocos!", pedía uno de los jóvenes. "¿Yo entonces dónde me pongo?", preguntaba otro. A un margen, Abdul, del grupo Tandup, a cargo de la percusión, acompañado de Julia Arcelle, maquilladora artística, que preparó a los participantes para la cita con los tradicionales tatuajes maoríes, "ta moko". "Tres, dos, uno..." y los dos grupos avanzaron para dejar clara su fiereza ante los contrarios. Acompañados de la música, recitaron la letra de la "haka" -previamente traducida- al unísono mientras realizaban los movimientos tradicionales. Al finalizar, Izcalli Fernández, la directora de Ardai -y también danzante maorí durante la mañana de este sábado- dio la esperada orden tras del esfuerzo: "¡A merendar!" 

Eva Domínguez, bailarina profesional, fue la encargada de guiar la sesión, en la que, además de enseñarles diversas posiciones corporales, los acercó a ciertos detalles de la cultura maorí. "Les enseñé palabras de allí, algunas que salen en la 'haka' que bailamos, para que conozcan. Además, es un idioma que solo tiene palabras positivas, es decir, allí la máxima es vivir y ayudar a los demás, porque son tribus", señala Domínguez.


"Con este baile les enseñamos que hay otras formas de mostrar la rabia"


La actividad de este sábado forma parte del programa "Animalando psicoeducativo", financiado por la Consellería de Política Social de la Xunta de Galicia. "Es un programa de intervención socioeducativa con menores en situación de tutela administrativa, en este caso dura hasta junio", explica Izcalli Fernández, directora de Ardai. El proyecto arrancó a principios de febrero, y consta de visitas diarias, además de una propuesta colectiva, como el aeroyoga o la danza maorí.

"Con este baile les enseñamos que hay otras formas de expresar la rabia, la frustación... Consiguen canalizar emociones que tienen como adolescentes, sin llegar a la violencia", comenta Fernández. Tras meses de trabajo con los catorce jóvenes, los trabajadores ven una notable evolución en los jóvenes, que disfrutan de la naturaleza y del contacto con animales -perros y caballos, entre otros-."Nosotros hacemos de mediadores entre las instituciones y ellos, porque a nosotros no nos ven como técnicos, lo que permite establecer una confianza muy bonita", asegura la directora. 

La del sábado fue una sesión muy divertida, según explican los participantes. "Al principio les daba un poco de vergüenza lo de bailar, sobre todo a los chicos, pero les pregunto si conocen la 'haka' de los jugadores australianos, si han visto a Jason Momoa bailando en las presentaciones de las películas... Así lo ven de otra forma", dice Eva Domínguez.

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