Opinión

Son así

Nadie ha dado con la clave, con la fórmula que haga que las ceremonias de entrega de los premios cinematográficos en cualquier lugar, ya sean los Goya o los Oscar, sean siempre un éxito, sean divertidas, dinámicas, no se conviertan en un tostón inaguantable. Unas veces los presentadores, los humoristas atinan con sus gags, con sus discursos y otras se convierten en algo insufrible. Nada garantiza que el éxito del año pasado se vaya a repetir el siguiente aunque sean los mismos los presentadores. Segundas partes… Hacen bien los premiados en dedicarles su éxito a quien les parezca e incluso extenderse todo lo que quieran. Es su fiesta, es su premio y sus pocos minutos de gloria. Es la fiesta del cine y para los del cine. Nadie está obligado a tragarse la retransmisión de los Goya por televisión, y si se hace es por el morbo de ver quién saca los pies del tiesto, cuáles son las  reivindicaciones que plantean, las críticas que realizan, los modelitos que exhiben ellas y ellos. Y por supuesto, quiénes se llevan los premios gordos.   

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