Desde la pequeña ventana de su piso en Ourense, José Vázquez, jubilado del metro de Barcelona, observa la calle en este confinamiento que dice llevar bien, entre lecturas y música.
José Vázquez Nóvoa trabajó en el metro de Barcelona. "Cogí una jubilación anticipada y regresé a Ourense, de donde soy natural, a finales del 98", explica. Su vida diaria, antes de la llegada del coronavirus, era "la típica de una persona jubilada. Yo, como vivo solo, hago de amo de casa, voy a comprar, organizo la casa...".
También es cierto que "quedaba con los amigos a tomar un café y charlar", algo que, reconoce, "ahora echo de menos". Por no salir, no lo hace ni a la compra. Según explica, "tengo un primo aquí que es el que se ocupa de la intendencia, porque yo sufrí un infarto, tengo marcapasos y soy grupo de riesgo", subraya. "Mi primo lleva aquí desde el 2 de enero, así que vino a tiempo", señala.
De vez en cuando sale a la ventana para airearse, fumar un pitillo o tomar algo de sol. Aunque afirma que esta nueva situación la lleva bien porque "soporto bien la soledad: leo, escribo, escucho música....la televisión la veo, pero no mucho, me gusta más la lectura".
En cuanto a sus tipos de lectura preferidos, no tiene dudas: "Me gustan libros religiosos, de escritores católicos", señala, una buena ayuda durante este confinamiento forzoso.