PAPELES DEL ROCK

Stratocaster contra Stradivarius

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photo_camera Concierto que Deep Purple ofreció con la Royal Philarmonic Orchestra en 1969.

El 24 de septiembre de 1969 Deep Purple y la Royal Philarmonic Orchestra actuaron juntos en en el Royal Albert Hall de Londres, juntando por primera vez en directo el rock y la música clásica

Tal día como hoy, 24 de septiembre, pero de 1969, se celebró en el Royal Albert Hall de Londres un concierto que muy poca gente imaginaba que se podría hacer a finales de los 60. Un grupo de rock, Deep Purple, interpretaría junto a la Royal Philarmonic Orchestra lo que en diciembre se editó en forma de disco con el nombre de “Concert For Group and Orchestra”: primera oportunidad en la que el mundo del rock y la música clásica se daban la mano y que con el tiempo, todos los grandes grupos imitaron.

No son pocos los historiadores de rock que aseguran que los pioneros en este acercamiento entre el rock y la música clásica no fueron Deep Purple sino The Moddy Blues en tanto en cuanto su legendario álbum de 1967 “Days Of The Future Passed” es sin duda, la primera obra musical en la que se crea ese encuentro entre las dos formas de entender la música. Sin embargo, The Moddy Blues nunca llevaron al directo en aquella época canciones como “Nights In White Satin” o “The Morning” con acompañamiento de una orquesta. Tal vitola corresponde a Deep Purple. 

 Todos los biógrafos del grupo coinciden en afirmar que esta fue una idea que el teclista de la banda Jon Lord, músico de formación clásica de conservatorio y estudios de piano que abandonó “porque en vez de ensayar y practicar ocho horas al dia llegó un momento en el que prefería apalancarme en el sofá a ver los partidos de fútbol”, tenía desde los comienzos de su carrera en sus primeros grupos. Más de una vez se lo había dicho a su manager Tony Edwards y éste a comienzos de 1970 alquiló el Royal Albert Hall para organizar un concierto con una orquesta clásica, diciendole a John Lord: “Ok chico, haremos el concierto, pero tienes que tener la pieza compuesta, ensayada y lista en seis meses”. A partir de ese momento, Lord trabajó febrilmente en la composición con el apoyo de todo el grupo, e incluso con la participación del recién incorporado Ian Gillan, que compuso algunos fragmentos y escribió las letras de las partes cantadas. Toda vez que el “concierto” estuvo terminado, Tony Edwards negoció y consiguió la participación de la Royal Philarmonic Orchestra dirigida por Malcolm Arnold, prestigioso aunque controvertido compositor clásico y de bandas sonoras para el cine, encontrándose entre las más conocidas la del film “El puente sobre el río Kwai”, por la que ganó un Oscar de Hollywood en 1957. 

Estructurado en tres movimientos, se interpretó en su integridad con la orquesta, que también se unió a las interpretaciones de “Hush”, “Wring That Neck” y “Child In Time” así como la Sinfonía nº6 Op.95 compuesta por Malcolm Arnold. Según recordaban tanto Ian Gillan como Jon Lord, el dia del concierto todo salió bien y fue un éxito a todos los niveles, pero los ensayos previos resultaron dificilísimos. No solo ya por la complejidad de acoplar un grupo de rock con una orquesta de 110 músicos, sino por las reticencias de los músicos clásicos a tocar con un grupo de melenudos a los que ni siquiera consideraban profesionales. “Durante uno de los ensayos” -recordaba Jon Lord- “una señora que tocaba el violoncello se levantó interrumpiendo el ensayo muy enfadada y dijo: “No he estado años y años estudiando para entrar en esta orquesta para tener que perder el tiempo con unos Beatles de segunda y se marchó. Al día siguiente vino a pedirme disculpas y el día del concierto, al terminar me aseguró que la experiencia le había resultado maravillosa”. 

 El disco no obstante no puede decirse que fuera ni mucho menos un éxito comercial y Deep Purple, que desde ese momento ya se adentraron en un estilo de rock que junto a Led Zeppelin y Black Sabbath conformaron la piedra angular del Heavy Metal, no volvieron a retomar esta idea hasta 1999, cuando para celebrar el 30 aniversario del “Concert For Group And Orchestra” volvieron al Royal Albert Hall con la participación como invitado especial de Ronnie James Dio, la Steve Morse Band y The Kick Horns añadiendo un nuevo “Concerto” obra del compositor Marco de Goelj y que posteriormente, se llevó a Europa. Fue justo en ese momento, entre finales de los años 90 y los primeros 2000, cuando al eco del éxito que esta vez sí que tuvo esta iniciativa, tanto en ventas del nuevo disco en directo y del DVD como en las presentaciones que se llevaron a cabo, cuando muchos grupos adoptaron este formato para darle un nuevo aire a sus clásicos, pasado ya el boom de los “unplugged” de primeros de los 90.  

Metallica fueron de los primeros en tomar la iniciativa. Los días 21 y 22 de abril de 1999, en el Berkeley Community Theater de San Francisco la banda interpretó una amplia selección de sus clásicos con la Orquesta Sinfónica de San Francisco dirigida, al igual que en el caso de Malcolm Arnold, por otro superstar de la clásica contemporánea y de las bandas sonoras: Michael Kamen, conocido por su trabajo en películas como “Robin Hood, Príncipe de los Ladrones”, “Los Tres Mosqueteros” o “Arma Letal IV”. El “S&M” o “Symphonic Metallica” se editó en noviembre de 1999 y llegó a ser álbum multiplatino según la Recording Industry American Assotiation. Los alemanes Scorpions editaron en junio de 2000 “Moment Of Glory”, álbum en directo grabado con la Orquesta Filarmónica de Berlín en el marco de la Exposición Universal de Hannover, la ciudad natal de la con un amplio y variado repertorio de grandes canciones de Scorpions -“Big City Nights”, “Lady Starlight”, “Rock You Like A Hurricane” o “Wind Of Change- arreglado y reescrito, dirigida para la ocasión por el austriaco Christian Kolonovits. Editado por Emi Classics, aunque no alcanzó tanta repercusion como el sinfónico de Metallica, se recuerda como uno de los últimos grandes impactos de ventas de Scorpions antes de la caída en picado de las ventas de discos de 2003. Tuvo la peculiaridad, poco frecuente en esta clase de discos, de contar con otros invitados. Kiss fue aún más allá y no solamente hicieron un gran concierto, en este caso en Australia con la orquesta sinfónica de Melbourne dirigida por David Campbell, sino que convencieron a todos los músicos de la orquesta para maquillarse como ellos cara a su participación en el DVD. Este trabajo se puso a la venta con el nombre de “Kiss Symphony: Alive VI” y llegó a ser disco de oro en Canadá, obteniendo unas ventas simplemente discretas en el resto del mundo. Llama la atención en este sentido que la orquesta de Melbourne desde luego, algo tiene de especial para los músicos de rock que tratan de acercarse o de experimentar la fusión con la clásica: además del disco sinfónico de Kiss, hizo lo propio con el “Live in Australia with the Melbourne Symphony Orchestra” de Elton John en 1986 y en 2003 con la versión orquestal en vivo de “Bat Out Of Hell”. 

Dos universos, dos sonoridades, dos formas de sentir e interpretar la música que en la actualidad, lejos de ser antitéticas, se complementar a la perfección y se nutren la una de la otra. Indudable resulta ya el hecho de que dentro de algunas décadas, serán justamente grupos como Deep Purple o Scorpions los que compartirán un lugar en la historia de la música clásica al lado de Beethoven, Wagner o Mozart.

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