Opinión

Suma y sigue desde hace...

Una, dos, tres, cuatro...así hasta 13, en 14 jornadas disputadas. Esas son las derrotas que acumula el COB esta temporada en la LEB Oro. Parafraseando a Robert de Niro, interpretando a Travis Bickle en  la película Taxi Driver, bien se podría decir que "las derrotas se suceden con monotonía, ninguna de ellas se diferencia de la anterior, ni de la siguiente, son como eslabones de una larga cadena, hasta que a alguien se le ocurra ¡cortar por lo sano". 

¿Las causas? Muchas. Limitaciones técnicas del plantel, improvisación y  hasta lesiones, pero, sobre cualquier otra cuestión, está la inacción. Como si todo fuera correcto. Nada que explicar.

Ya no es cuestión de estadísticas. Remarcar la galentería del COB a la hora de ceder rebotes ofensivos a su rival (hasta 16 fueron en esta ocasión y por lo tanto la posibilidad de conceder al menos 32 puntos). Las lagunas en el rebote son un problema que no es puntual y al que no parece ponerle remedio.

El evidente desánimo de los jugadores a la hora de fijar una defensa, que no lleve a engaño los 5 de 9 en triples del pívot manresano Hamilton, que puede tirar, pero no tanto, sería por igual de frustrante como ineficaz. 

Dicen los entendidos que el baloncesto evoluciona hacia cuatro jugadores que amenacen desde el perímetro y un solo "center". Podría entenderse que el COB "cumple", siendo susceptible de mejorar, en cuanto a exteriores, pero sin "continuidad" ni presencia alguna por dentro. 

"Un fracaso -Frederic Skinner- no es siempre un error, puede ser, simplemente, lo mejor que se puede hacer algo en esas circunstancias. El verdadero error, es dejar de intentarlo". Y hasta el momento muy poco se lleva intentado: Rogier Jansen y ahora Davis Rozitis son expectativas por confirmar y para justificar tan aflictiva espera.

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