Opinión

Sundrying

Un amigo mío, no pondré su nombre aquí porque no le he pedido permiso para hacerlo, me ha explicado mediante un post muy divertido en su facebook qué es el "sundriying". El post de mi amigo reproduce otro de una chica (ignoro su edad y su condición pero la llamo chica porque me da que es chiquita, no sé por qué) que lo explica.
El "sundriying" según esa chavala es y copio o cito casi textualmente: "una nueva tendencia ecológica muy moderna que consiste en tender la ropa al sol para secarla y así no utilizas la secadora y contribuyes a reducir el impacto del cambio climático".
Vale. Si no están ustedes en este momento retorciéndose y desternillándose de risa en el suelo y a punto de llamar a urgencias para que los rescaten de una posible muerte súbita por hilaridad, este artículo me ha salido mal. Les pido disculpas. Si a causa del ataque de risa ya han fallecido, también les pido disculpas. A ustedes y a sus familiares.
Como dice un personaje de una novela mía juvenil de fantasía no publicada que escribí hace años, y para que lo entiendan bien les aclararé que el personaje es un ñandú (una especie de avestruz de sudamérica): "Ja, ja, no había oído nada tan divertido desde que un equidna (un monotrema australiano) me dedicó un poema erótico".
Sundriying. ¡Caray qué bueno! ¡Y qué moderno, efectivamente! Supongo que lo de tender la ropa al sol para secarla se le habrá ocurrido a un grupo de cerebros del MIT de Massachussets, o del CERN de Suiza tras pensar y reflexionar durante años sobre ese asunto tan complejo.
Al leer el post que publicó mi amigo no he podido evitar acordarme de la imagen de mi madre cuando yo era niño, arrodillada en la ribera del río en O Rosal lavando la ropa como si ella fuera un personaje de un cuadro de Van Gogh en Langlois, mientras mi prima Ana y yo, dos niños de apenas diez años, extendíamos las sábanas limpias que nos iba dando ella sobre la hierba entre manzanilla y tréboles, y después las salpicábamos con gotitas de agua a cada rato para que se fueran clareando al sol.
Yo no tengo secadora. He vivido en diez o doce casas distintas en más de siete ciudades, pero nunca he tenido secadora. En mi casa actual en el tendedero ni siquiera da el sol. Supongo que tendré que llamar a Greta Thunberg, una chavala que me cae bien no piensen ustedes cosas raras, para preguntarle cómo demonios puedo hacer con este tema tan grave, el del secado de la colada, para reducir en lo posible el impacto del cambio climático ya que estoy causando sin saberlo tanto al daño al planeta al no secar la ropa al sol desde hace más de cincuenta años. Seguro que Greta me dará una solución. Greta nunca falla.
"Sundriying". Es como el "balconing". Practíquenlo ustedes. Ya verán qué bueno.

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