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Tipo de interés negativos para particulares

Panel de resultados de la Prima de Riesgo en la Bolsa de Madrid.
photo_camera Panel de resultados de la Prima de Riesgo en la Bolsa de Madrid.
En la Unión Europea ya hay gobiernos que cobran por el dinero que piden prestado, en vez de pagar. Y ahora hay hipotecados que en vez de pagar intereses, también cobran. Parece el mundo al revés…

En el largo plazo todos estaremos muertos, pero uno debe tener fe en que las buenas ideas económicas sobrevivirán”, escribió recientemente el premio Nobel Paul Krugman volviendo –a su manera– a John Maynard Keynes, el economista que ya en el año 1923 publicó un libro titulado Breve tratado sobre la reforma monetaria, donde sostenía que en el largo plazo es probablemente cierto el supuesto de la constancia de la demanda de dinero, si bien matizaba que “este largo plazo es una guía confusa para la coyuntura”, ya que “en el largo plazo estamos todos muertos”.

Todos estos juegos de palabras tienen bastante que ver con algo tan extraño como los tipos de interés negativos, que ya no solo se aplican a los depósitos de los bancos en el Banco Central Europeo (BCE), sino que están llegando a las hipotecas de la gente corriente, mientras se extiende la idea de que los impulsos monetarios para la economía se han vuelto ineficaces. Todo ello, según el economista Guillermo de la Dehesa, deriva en tipos muy bajos o negativos y estancamiento secular, que sería el resultado de una caída de la inflación y de la prima de riesgo de la zona euro y, sobre todo, de una caída del tipo de interés real, es decir, el que está ajustado por la inflación.

Guillermo de la Dehesa ya escribió en El País sobre los tipos negativos hace más de dos años, tras ver que la rentabilidad de los bonos soberanos alcanzó, en 2016, su nivel más bajo de la –hasta entonces– historia reciente, situándose entre el 0% y 1,5%, en la mayoría de los países europeos, cuando, a principios de los años 80 eran superiores al 10%. Hoy, la cifra de bonos que cotizan con una rentabilidad negativa supera los 10 billones de dólares –billones en formato europeo– y la prensa anuncia hipotecas al 0% en Europa, que palidecen al lado de las que oferta desde Dinamarca el Jyske Bank –tercer banco de su país–, capaz de colocar hipotecas a 10 años al -0,5%.

Parece el mundo al revés pero ya no lo es tanto. El Gobierno de Angela Merkel en Alemania pide prestado dinero y cobra por hacerlo, en vez de pagar. “Los bonos alemanes a 5 años cotizan con una rentabilidad negativa del -0,56% anual y los bonos a 10 años cotizan con una rentabilidad negativa del -0,17%”, explica Antonio Aspas en Invertia. 

Los bancos, que están obligados a depositar su excedente de liquidez en el BCE al -0,4%, cobran a su vez intereses a las grandes empresas por depositar el exceso de liquidez. Y esto es así porque aseguradoras y fondos de inversión se ven obligados a invertir su capital, no pudiendo tener más de un determinado porcentaje en liquidez.

Una hipoteca a 20 años al 0% parece algo sin sentido para el banco –salvo que descuente que los próximos 20 años serán deflacionarios– pero tiene una cierta lógica inducida por el BCE: mejor colocar dinero al 0% que al -0,4%. Es decir, si el banco le da a usted una hipoteca al 0% al menos mantendrá su capital, porque si coloca ese dinero en el BCE éste le devolverá menos de lo que depositó. 

¿Y cómo influye la deflación? Si la hubiera, los bancos  ganarían dinero, ya que lo que vayan cobrándole al cliente de su hipoteca tendría más valor de compra, al caer la inflación.

La verdad es que suena todo muy extraño, pero ya hay casos reales de todos estos supuestos, al menos en las economías desarrolladas. En los países pobres todo sigue siendo como antes, o peor. 

@J_L_Gomez

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