ZONA COB

Este COB puede con todo

El pívot del COB Earl Watson machaca el aro del Oviedo.
photo_camera El pívot del COB Earl Watson machaca el aro del Oviedo. (AC)

El equipo ourensano se sobrepuso a la baja de Pepo Vidal y dominó al Oviedo con un gran partido colectivo que le permite conseguir el factor pista

OVIEDO 76 - 80 RÍO OURENSE TERMAL

 

Hubo que sufrir, pero mereció la pena. El Río Ourense Termal, con los tiros libres como lunar, conquistó Pumarín en el primer asalto de un play off de ascenso que respondió a las expectativas marcadas en las jornadas previas.

Ni jugar un jueves ni el horario  restaron público y emoción a un encuentro que mostró la igualdad de una LEB Oro que ha ganado no pocos quilates esta temporada.

La tensión en las caras de los jugadores de ambos equipos en el calentamiento fue el preludio de lo que se esperaba, 40 minutos de idas, venidas y cambios de dinámica. El COB, sin Vidal, y el Oviedo sin Meana pero con Ahonen y un Llorente que parecía no tener un solo problema físico (se intuían por sus gestos de dolor).

Desde el salto inicial, el Río Ourense Termal tomó le mando. Menos agarrotado que su rival, nervioso e impreciso en los compases iniciales, el conjunto ourensano abrió la primera renta del encuentro gracias a los ocho puntos casi consecutivos de un Sergio Rodríguez motivado (6-12). 

Douvier y Spieth espolearon a los suyos apoyados en Llorente, pero la irrupción de Watson, con seis puntos casi consecutivos incluido un mate marca de la casa, cortaron la reacción visitante, que dejó el marcador en 18-20.

En el segundo acto, primer amago de KO local. Cero a siete de inicio y otro 0-6 tras una canasta de Douvier marcaron la máxima ourensana hasta ese momento, 22-33, en los que fueron los mejores momentos de un COB lanzado.

El núcleo duro del Oviedo, con Arteaga al mando, evitó que el partido se rompiese definitivamente a cinco minutos del descanso, y aunque el OCB lo intentaba la inercia ourensana no dejó tan siquiera aproximarse a los de Javi Rodríguez, que cometieron cuatro errores seguidos al filo del descanso (dos finales de posesión y dos pérdidas), que sumados a los buenos minutos de Masters, dejaron el electrónico en 29-34 al descanso.


No estaba muerto...


En esta ocasión la charla del descanso pareció despertar a un Oviedo que reaccionó de forma espectacular. La irrupción de Ahonen fue clave. Cinco puntos suyos tras salir del vestuario fueron el aviso de un recital en forma de canastas de todos los colores (incluidos tres triples) que no solo sirvieron para remontar, también para hacer creer a su afición, que convirtió Pumarín en una caldera con diez minutos por disputar (54-55).

Los errores defensivos de un COB desorientado por la remontada permitieron la Oviedo despegarse en el marcador, en esta ocasión con Arteaga sumándose al show de Ahonen.

Pero apareció Zamora, que una vez tiró de galones. Con él en el campo los balones dejaron de quemar y del 71-67 a falta de tres minutos se pasó al 71-74, ventaja que ya no dejaría el equipo cobista.

Los dos últimos minutos, entre los nervios y los tiempos muertos, frenaron un partido que tuvo emoción hasta los segundos finales, pero con 76-78, una canasta de Rozitis (por tocar el tablero Jakstas) certificó le primer triunfo. Primer tanto en la serie de un COB que como mínimo jugará dos partidos en el Pazo. Toca pensar en el sábado (17:00, en el mismo escenario).

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