Jácome decía que su llegada al Concello era para cambiar la ciudad. Ocho meses después, las quejas se acumulan por el estado de las calles, zonas verdes, aceras o parques infantiles. Las imágenes del deterioro general se repiten ante unos vecinos cansados: "Pagamos nuestros impuestos para tener todo en condiciones", aprecia María Jesús Rodríguez. Esta ourensana lamenta el estado de la calle Galicia y Bonhome: "Se gasta el dinero en remendar y eso no sirve para nada, se deberían buscar soluciones duraderas", comenta.
Rodríguez considera que esta situación viene de hace tiempo: "No hubo un mantenimiento previo, se ha dejado la ciudad y así está por todos lados". El estado de las aceras es calificado como "horroroso", y puede traer consigo percances con viandantes. En la rúa Nosa Señora da Saínza la situación se repite. Tras las obras del nuevo edificio del CHUO, los baches siguen presentes.
"Cada pouco veñen poñer parches e eso non dura, levántase rápido con todo o tráfico que soporta", comenta Andrés Santamaría. Además de esa construcción, achaca también el estado a los camiones de gran tonelaje que circulan con motivo de las obras del AVE: "É moito peso", afirma Santamaría. Antero González comparte su opinión: "Por aquí hai moito tráfico e cada dous anos ou así andan arranxando".
Las quejas, por ejemplo, pasan también por el estado de las aceras. Esta cuestión tensiona a muchos ourensanos, como Antonio González para el que la falta de mantenimiento "se ve a simple vista", con el peligro que conlleva para los viandantes. Los barrios no andan mejor: "Se no que é a cidade estamos así, na periferia están olvidados", apunta Antero González. Los parques infantiles, otro tema: "Faltan baños e hai moito sen arranxar, está fatal", señala Andrés López sobre el parque de la Zapatilla. Este descontento se va, poco a poco, extendiendo por toda la ciudad.
