PAPELES DEL ROCK

Un pedazo de corazón de Janis Joplin

La garra interpretativa de Janis Joplin y su incofundible fuerza vocal la llevaron a ser recordada como una leyenda.
photo_camera La garra interpretativa de Janis Joplin y su incofundible fuerza vocal la llevaron a ser recordada como una leyenda.

Janis Joplin no cantaba ni interpretaba... Janis, literalmente, sangraba. Se dejaba trozos de su corazón, de su piel, en cada canción

 

Tal día como hoy hace exactamente medio siglo, el 12 de agosto de 1968 se puso a la venta un disco que comunmente se considera un disco de Janis Joplin, aunque en realidad no lo es... Siendo rigurosos con la historia, ese disco, "Cheap Thrills", es de la Big Brother & The Holding Company, el grupo del que era cantante la gran diosa blanca del blues.

Un disco que posee una peculiaridad poco común en la historia del rock, unánimemente se reconoce que no es desde el punto de vista técnico un gran álbum. Su producción, incluso situándonos en las condiciones técnicas existentes en 1968, es mejorable en muchos aspectos y según la mayoría de críticas que se hicieron sobre él en el momento de su salida aseguraban que solo mostraba un porcentaje relativamente pequeño del potencial que la banda atesoraba. 
Pero en ese disco, tanto en los fragmentos en directo como en las canciones grabadas en estudio, quien sí brillaba con luz propia y muy por encima de unos músicos que según confesión propia hicieron esa grabación demasiado afectados por el cannabis y los ácidos obviamente era Janis Joplin, que si ya había empezado a convertirse en una leyenda viviente merced a su inmensa actuación en el Monterrey Pop Festival de junio de 1967, a las alturas del verano de 1968 era toda una celebridad en el rock americano en sí misma, muy por encima de sus Big Brother, una banda de la que todos pensaban que no estaba ni de lejos a la altura de una cantante, una artista, una intérprete del talento y de la grandeza de Janis Joplin. 

Tras la firma del contrato de Big Brother & The Holding Company con Columbia Records, y dado que todos los ejecutivos del sello no cesaban de leer en la prensa reseñas sobre la  desbordante genialidad de Janis Joplin como cantante en los conciertos, propusieron al grupo la idea de que su primer disco para Columbia (el grupo tenía un álbum anterior homónimo, su disco de debut editado para Mainstream Records en 1967) fuera grabado en directo, al objeto de que captase toda esa fuerza y esa magia de sus actuaciones de las que no dejaba de hablar la prensa. A tal efecto, el manager de Big Brother, el legendario Albert Grossman, a la sazón manager de Bob Dylan, desplazó un completo equipo de sonido para grabar los conciertos que darían en Detroit el 1 y el 2 de marzo de 1968. 
Todo estaba preparado para que esos shows fueran la base de ese futuro disco en directo, pero... la banda se encontraba desmotivada, apática y muy resentida con Janis por el hecho de que todo el foco mediático se dirigiese hacia ella y no hacia el grupo en su conjunto.

Las actuaciones empezaron a ser mecánicas, frías, con una Janis como siempre entregada, intensa y que cautivaba a sus seguidores, pero con una banda detrás que además de tocar solamente por cumplir unos contratos cada noche se subían a escena cargados de drogas y alcohol. Si a ello se le suma que en Detroit el técnico de sonido falló lamentablemente, aquellas cintas se podían tirar a la basura. Igual sucedió con otros conciertos de esa gira que se grabaron para el proyecto de disco en directo, excepto afortunadamente en una actuación, la del 8 de marzo en el Fillmore East de Nueva York, en donde el material grabado sí resultó de una calidad aceptable, como se puede apreciar en "Combination Of The Two", el tema que abre el álbum y en el que se puede escuchar la voz del legendario promotor Bill Graham presentando a la banda en el escenario. 

De todas maneras, como en cualquier caso de todo el material grabado en Nueva York no se podía extraer material suficiente para un disco en directo al nivel que se esperaba, se llegó a una solución de compromiso con Columbia Records, el disco sería mitad en directo y mitad en estudio, de manera que entre mayo y junio del 68 el grupo se trasladó a Los Angeles para grabar con John Simon como productor las partes de estudio del disco e incluso "falsear" algunas tomas en directo. 
Una de las cosas por las que "Cheap Thrills" ha pasado a la historia más allá de su contenido musical es por su celebérrima portada, una de las ilustraciones más famosas y celebradas del legenadario dibujante de cómic underground Robert Crumb, que hizo esta portada después que la idea original de la banda, una foto del grupo con Janis desnuda en la cama, fuera vetada por Columbia Records. Crumb había pensado originalmente su diseño para la contraportada del LP, pero Janis Joplin, una ávida fanática de los cómics underground y especialmente del trabajo de Crumb, estaba tan encantada con la propuesta de Crumb que si en Columbia no aceptaban la primera idea que se les presentó les exigió que la portada fuera el dibujo de Robert Crumb. Es la número nueve en la lista de la revista americana Rolling Stone de las cien mejores portadas de álbumes de rock de la historia y Crumb autorizó la venta de impresiones de la portada, algunas de las cuales firmó antes de su puesta a la venta.

"Cheap Thrills" fue otro desencuentro entre el grupo y Columbia Records. Inicialmente, el álbum se iba a llamar "Sex, Dope y Cheap Thrills", es decir "Sexo, drogas y diversión barata", pero el título fue literalmente vetado por Columbia Records. Fue lanzado tanto en formato estéreo como en formato mono con el prensado monofónico original que ahora se ha convertido en un raro y preciadísimo ítem de coleccionista.  

Ese disco, hecho por una banda en pleno proceso de descomposición (Janis se marchó del grupo en diciembre de 1968 para iniciar su propia carrera en solitario) y del que la crítica señaló que era un álbum regular e incluso mediocre en muchos aspectos, cuando se lanzó en el verano de 1968, un año después de su álbum debut, alcanzó el número uno en las listas de Billboard en su octava semana de octubre. Mantuvo el primer puesto durante ocho semanas (no consecutivas), mientras que el single "Piece of My Heart" también se convirtió en un gran éxito. A finales de año fue el álbum más vendido en los USA de 1968, habiendo vendido casi un millón de copias. 

Y ciertamente, pese a todo, cuando se escucha "Cheap Thrills" no sorprende ese éxito. Cuando en 2003 escribí para Ediciones Cátedra mi libro biográfico de Janis Joplin, escribí, recogiendo muchos comentarios y declaraciones de gente que pudo ver en los años 60 a Janis en vivo, que conmocionaba a las masas porque en directo Janis Joplin no cantaba ni interpretaba... Janis, literalmente, sangraba. Se dejaba trozos de su corazón, de su piel, de su propia vida en cada canción. Nunca ha existido una mujer que cantara, sintiera, e hiciera sentir el blues con la fuerza, el desgarro y al mismo tiempo la sensibilidad y la emoción con la que Janis era capaz de hacerlo. En "Piece Of My Heart", "I Need a Man", "Summertime", "Turtle Blues" o "Ball and Chain", esa sacudida eléctrica, esa pasión, esa entrega, se transmite. Quizá no al cien por cien, pero sí lo suficiente como para sentir algo muy fuerte dentro de nosotros. 

Dos años después exactamente, el 12 de agosto de 1970, dio con sus Full Tilt Boogie el concierto final de su gira americana de aquel año en el Harvard Stadium de Cambridge, Masachussettes. Al acabar el concierto y antes de bajarse del escenario, para despedirse del público tomó el micrófono y exclamó: "Si todavía os queda algo de energía id a casa y gastadla en amar a quien comparta vuestra vida con vosotros. Adiós". 

Fue su último concierto. Menos de dos meses más tarde, el 4 de octubre de 1970, Janis Joplin murió en el Hotel Landmark de Los Angeles a consecuencia de una sobredosis de heroína. Nacía la leyenda. Una leyenda que se edificó con algunos de los momentos que quedaron registrados, hace ahora 50 años, en aquel trozo de diversión barata...

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