Opinión

Urdangarin

Las imágenes las han visto todos los españoles: la infanta Cristina, de la mano de su marido y acompañados de sus cuatro hijos, se dirigían a una iglesia, a pie, por las calles de Vitoria. Iñaki Urdangarin ha podido disfrutar de su primer permiso tras  cumplir  la cuarta parte de su condena y contar con el preceptivo permiso de la junta de evaluación penitenciaria. Lo que exigen las leyes penitenciarias.

El cuñado del rey, condenado a seis años y tres meses de prisión,  inhabilitación  de siete años y un mes, y multa de medio millón de euros por  cinco delitos,  por comisión de cinco delitos, no se ha salvado de la cárcel aunque se cruzaron apuestas sobre lo contrario. El único privilegio que tuvo y sigue teniendo Urdangarin es que a la infanta Cristina, cuando visita a su marido en la cárcel de mujeres de Brieva, se le permite entrar con su coche hasta el interior del edificio, sin coincidir en la entrada con los otros visitantes. A Iñaki Urdangarin no se le ha ahorrado  un solo día  de encierro antes de  poder disfrutar de las fechas de Navidad con su familia. Solicitó siete y le dieron cuatro, estrictamente los que le correspondían .

Coincide la estancia de Urdangarin en Vitoria con la polémica político- judicial sobre el futuro de  los dirigentes independentistas  condenados a prisión. Tan inseguros estaban los fiscales respecto a los permisos que les concederían las autoridades penitenciarias de Cataluña -tienen transferidas las competencias- que presentaron un escrito en el que rechazaban que se les pudiera aplicar un “tercer grado encubierto” sin que se mencionaran los plazos  a los que obliga la ley. Y coincide la estancia de Urdangarín en Vitoria con la polémica respecto al papel de la Abogacía General del Estado en las negociaciones entre el gobierno y ERC. Los independentistas piden “un gesto” de apoyo a los presos a cambio de facilitar la investidura de Pedro Sánchez. La Abogacía se resiste, probablemente porque siente que  toda España está pendiente de su decisión; pero lo último que se ha filtrado sobre el debate interno  que mantienen los abogados del Estado es que están analizando la posibilidad de solicitar al Tribunal Supremo que dé luz verde a que los condenados puedan ser beneficiados con el segundo o tercer grado aunque no hayan cumplido el tiempo de condena que exigen las normas penitenciarias.

Las negociaciones entre Moncloa y Lladoners, la prisión donde cumple condena Junqueras, son exhaustivas y es probable que  el resultado provoque debate judicial y político,  por no decir escándalo. Porque desgraciadamente,  de la misma manera que  se es más condescendiente con los extremismos de izquierda que con los de derechas, se es más “generoso” con los presos según militen en determinados partidos o puedan favorecer al gobierno.  
En cambio a Urdangarin, nada menos que yerno de rey y cuñado de rey, no se le ha dado ni un día de gracia.

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