Hace 100 años, don Benito Pérez Galdós publicaba esto:
“Los dos partidos que se han concordado para turnarse en el Poder son dos manadas de hombres que no aspiran más que a pastar en el presupuesto. Carecen de ideales, ningún fin elevado los mueve; no mejorarán en lo más mínimo las condiciones de vida de esta infeliz raza, pobrísima y analfabeta. Pasarán unos tras otros dejando todo como se halla, y llevarán a España a un estado de consunción que, de fijo, ha de acabar en muerte. No acometerán ni el problema religioso, ni el económico, ni el educativo; no harán más que burocracia pura, caciquismo, estéril trabajo de recomendaciones, favores a los amigotes, legislar sin ninguna eficacia práctica, y adelante con los farolitos… Si nada se puede esperar de las turbas monárquicas, tampoco debemos tener fe en la grey revolucionaria (…) No creo ni en revolucionarios de nuevo cuño ni en los antediluvianos (…) La España que aspira a un cambio radical y violento de la política se está quedando, a mi juicio, tan anémica como la otra. Han de pasar años, tal vez lustros, antes de que este Régimen, atacado de tuberculosis ética, sea sustituido por otro que traiga nueva sangre y nuevos focos de lumbre mental”. (Fragmento del libro “La fe nacional y otros escritos sobre España”, publicado en 1912.)
“¡Igualico , igualico , quel defunto de su angüelico !” (Del “Tío Vivo”. La abuela de Agamenón. Años 60.)
“Y si esperáis que esta panda de cabrones, cambie por sí misma su forma de hacer política (y fortuna), ¡vais de culo! Hay que reformar la Constitución. Hay que revisar el Sistema, para poder vigilar de cerca estos mangantes. Hay que acabar con el bipartidismo; con el contubernio del 'y tú más'; incluso con los partidos, puras asociaciones de malhechores. Hay que escoger bien a los que mandan, y desechar a los que se eligen entre ellos mismos: ¡no veo a los mejores en los puestos cimeros de la sociedad! Hay que votar listas abiertas, diputados que disputen, que discrepen, que representen en primer lugar al ciudadano; nada de disciplinas, ni siglas, ni gregarios, para eso ya teníamos al generalísimo. Nada tampoco de obispos, ni uniones generales, ni comisiones obreras, ni liberados, ni mea pilas, ni “dame algo”... Estamos en el siglo XXI, ya podemos convocarnos por WhatsApp.
Necesitamos personas sabias gobernando. Faltan hombres de Estado para guiar esta nación de naciones (y chiringos). Sobran chorizos. No basta con pedir perdón, esto ya no se arregla con media docena de avemarías y un par de golpes de pecho... Alea jacta est, la suerte ya está echada, y también el veredicto: ¡Guillotina! ¡Guillotina! ¡Guillotina! virtual, claro; el pueblo está emputecido pero no es cafre. Ni tampoco es sanguinario… que si no, ay, yo sé quiénes iban a ir de culo”. (Escrito por un servidor.
