VITICULTURA

Vecinos de Trasalba crean el primer vino “made in Amoeiro"

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photo_camera La bodega –al fondo–con las viñas ladera abajo, en Soutomanco (Trasalba) (i), y Jorge, Camilo y Javier, en su bodega (d)

Hace dos semanas comenzaron a comercializar su marca, presumiendo del potencial del rural

En tiempos convulsos para un rural que languidece, dos hermanos inconformistas se lanzaron a una aventura que sorprendió a sus vecinos pero que los ha convertido, tras tres años de lucha diaria, en pioneros en Amoeiro.

El mundo del vino parecía ajeno a una localidad donde los propietarios de viñedos lo han usado a lo largo de los años para el autoconsumo. Pero los hermanos Pereira Chao –Javier (37 años) y Jorge (35 )–se asociaron con Camilo Castiñeiras Boán (56) y se lanzaron a crear la primera bodega amoeiresa.

Actualmente, tienen siete hectáreas de viñedos y hace apenas 15 días comenzaron a comercializar su marca bajo la denominación Adega Terras Mancas, que hace un guiño al pueblo: Soutomanco, en la parroquia de Trasalba.

En esas tierras, hace casi 800 años los monjes de Oseira mandaron poner cepas, que fueron rescatadas del abandono hace algunos años por la cooperativa Bocarribeira.

"Bocarribeira"

Ese término –Bocarribeira– fue acuñado por el mismísimo Otero Pedrayo para describir la zona donde se ubican ahora las viñas de "Terras Mancas". La cooperativa de vecinos fue el germen de este proyecto, gracias a la cesión de parcelas para que estos tres emprendedores pudieron materializar su sueño.

"Empezamos como un hobby pero á xente gustoulle o viño e iamos a máis e decidimos dar este paso", explica Javier. No ha sido fácil: "Os tres traballamos noutros sitios, polo que é difícil".

El nombre salió en una de las tantas noches encerrados en una tradicional bodega que es propiedad de Camilo. Entre vinos, les dio por jugar con el nombre del pueblo (Soutomanco).

Recuerdan que cuando empezaron, hace algo más de tres años, muchos terrenos eran pasto de la maleza. "Limpamos e desbrozamos todo", relata Jorge. Y es que, haciendo productivo el medio, contentos ellos, y contentos todos los vecinos.

Y no es su única reivindicación en este sentido. "Queremos demostrarlle á xente nova que con esforzo e con ganas pódense facer cousas no rural e saír adiante", asegura Javier, crítico también con la poca formación de la gente joven:"Agora fainos falta xente, pero moitos non saben traballar nas viñas".

Hasta el momento todo son gastos, mucha inversión en depósitos, etiquetadora... "E non recibimos subvención algunha. Solicitámola agora que empezamos a comercializar...", subraya Javier.


Paraje envidiable


Se trata ya de la primera bodega de Amoeiro, y el propio consistorio les apoya incondicionalmente en ello, recalcan. Con ello, han conseguido convertir lo que era una bodega muy tradicional en lo alto de una ladera, en un paraje envidiable: en el que ladera abajo hacia el río Barbantiño y con unas vistas espectaculares se extienden hasta siete hectáreas de viñas.

"É unha paraxe espectacular. É viña en socalco, e dalles o sol desde a mañá ata a noite. E así queda un viño de calidade", presume Javier. 

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