Las restricciones a la movilidad ciudadana tras el cierre perimetral de Verín, Vilardevós y Oímbra se controlaron ayer mediante dispositivos aleatorios -de 30 minutos de duración- integrados por 13 agentes de la Guardia Civil de Tráfico y Seguridad Ciudadana, así como de la Policía Local y Nacional. Pese a estos primeros controles, el ambiente en la villa del Támega fue tranquilo, pues las fuerzas y cuerpos de seguridad plantearon una jornada informativa en la que trataron de exponer a los vecinos las nuevas limitaciones al tránsito, las cuales se completan con la reducción de aforos al 50 por ciento, un máximo de cinco personas por mesa en restaurantes o las limitaciones de asistentes a velorios o lugares de culto. En este último punto y de cara a la celebración de fieles difuntos, el regidor local, Gerardo Seoane, manifestó que se contará también con la colaboración de Protección Civil para garantizar dichos mínimos.
Los controles -este jueves ya se decretaron los primeros retornos por desplazamientos injustificados, concretamente, a las 10,00 horas, habían sido tres-serán persistentes en las sucesivas jornadas y, además de los conjuntos, cada cuerpo de seguridad establecerá los suyos propios -el primero de hoy será a las 06,40 horas-.
Entre los motivos para desplazamientos justificados alegados ayer en Verín: citas médicas, bancarias o causas laborales; entre los injustificados, periodo de caza o compras en el supermercado. A las 10,00 horas ya se había recibido una veintena de llamadas en la comisaría de Policía con dudas sobre la validez o no de cada motivo personal.