El Melias, con un gol de Pablo en el minuto 90, reafirma sus opciones de ir a la Preferente y deja al Allariz un poco descolgado
El empate parecía fraguarse y todos lo daban por hecho, pero el Melias aprovechó en el último suspiro para vencer al Allariz por 1-0 y sostener la segunda plaza de ascenso a la Preferente Galicia.
Los dos se jugaban mucho y por eso ninguno estaba por la labor de conceder espacios a su rival. De ahí que el partido fuese prácticamente un constante pulso.
El Melias merodeó más el área defensiva del Allariz, pero tanto Rucho como Pancho estuvieron celosamente custodiados, Aún así, un pequeño despiste de la zaga alaricana no la supo aprovechar bien Bande que, desde la frontal del área remató algo flojo a las manos del portero Vila.
El conjunto de Miguel Sotelo se organizaba bien en la zona de gestación, pero tampoco pudieron prosperar Julen y Rubén Macía.
En el segundo tiempo se abrió un poco más el juego y las ocasiones comenzaron a florecer. A la salida de un córner se produjo un despeje corto en el área visitante que finalizó con un disparo de Pablo que encontró la respuesta de Vila.
La respuesta del Allariz llegó con un buen zurdazo de Beto que logró desviar Christian.
El cuadro alaricano insistió moviendo su banquillo, pero el Melias estuvo a punto de marcar. Una falta lanzada por Días fue desviada por el portero al córner.
La presión visitante se hizo más latente, con balones colgados al área intentando provocar el fallo del contrario.
En una de las pocas veces que Aitor pudo escalar la banda, generó una nítida posibilidad que derivó en un buen centro que Iñaki, entrando sólo por el segundo palo remató totalmente desviado.
Con las pocas fuerzas que les quedaban, ambos equipos echaron el resto en busca del triunfo.
El Melias no se dio por vencido y de un saque de esquina cuyo balón quedó muerto en el área, apareció para empujarla Pablo y establecer un agónico 1-0.
Ángel malogró el 2-0
Sin poder reaccionar a tan duro golpe, el Allariz se descuidó atrás y en una contra de Aarón pudo caer el segundo, pero Ángel muy sólo remató sobre el travesaño.
