El polígono Viña das Bouzas ya dispone de 12 hectáreas de viñedo y otras 15 de terreno acondicionado

Los viñedos cambian el paisaje de Castrelo

Polígono agrario da Viña das Bouzas, en Castrelo de Miño.  (Foto: Martiño Pinal)
El paisaje de Castrelo de Miño se está transformando. Pinos y maleza están dando paso a los viñedos de variedades autóctonas. El verdor característico de O Ribeiro en esta época de vendimia se ha impuesto en el polígono agrario de la Asociación da Viña das Bouzas, en donde ya crecen las cepas en una extensión de 12 hectáreas y otras 15 se encuentran acondicionadas para realizar la plantación. Los 58 vecinos que juntaron sus fincas en torno a esta iniciativa esperan la primera cosecha para el 2011.
La plantación de 12 hectáreas de viñedo en el último año y el acondicionamiento de otras 15 hectáreas de superficie destinadas al mismo fin están cambiando el paisaje de Castrelo de Miño. Un entorno productivo antiguamente, que tras un incendio ocurrido hace aproximadamente 20 años se fue transformando en monte con el paso del tiempo, en el que abundaba la maleza y los pinos, recupera ahora su aspecto original, aunque con la ventaja de que las nuevas cepas son todas de variedades autóctonas.

La plantación ya muestra el verdor característico de esta época de vendimia en O Ribeiro, mientras los trabajos concluyen en las 15 hectáreas restantes, en donde ya están listos los subcalcos, muros y viales. El proyecto del polígono agrario de la Asociación Viña das Bouzas nacía en el 2007 y se ponía en marcha en el 2008. Un total de 58 propietarios, la mayoría del pueblo de Bouzas, pero también de Castrelo, Meizo, Oleiros y Parada juntaban sus pequeñas fincas para crear una gran extensión de viñedo, contando con el apoyo de la Consellería de Medio Rural.

Labores

La cooperativa Erbedos se encarga de preparar el terreno y realizar la plantación, mientras socios voluntarios ya han dado este año el sulfato y cuidan del mantenimiento de las plantas. ‘A primeira colleita esperámola para o 2011, e despois pretendemos traballar nós, será xente da asociación e contratada’, señalaba Jaime Méndez, uno de los asociados.

La entidad reúne a personas con las más dispares profesiones, ya que tan sólo el 40% de ellos se dedica a la agricultura. Esa circunstancia no ha supuesto ningún obstáculo para el desarrollo de esta iniciativa que sigue su curso. Muchos de los socios residen fuera, pero ‘todos teñen raíces e propiedades en Castrelo de Miño’, indicaba Jaime Méndez.

Las variedades elegidas son autóctonas: treixadura, albariño, godello y loureiro, en blancos. Sonsón, brencellao, caíño y mencía, en tintos.

De las 27 hectáreas que se están trabajando sólo 10 eran viñas, pero de variedades foráneas como el palomino y la garnacha, que fueron totalmente eliminadas.

De esta forma, la futura producción contará con plena garantía de elaboración de vinos de la Denominación de Orixe do Ribeiro, que era el objetivo perseguido desde que se emprendió la experiencia.

Te puede interesar