TRIBUNALES

“Santoalla es el lugar de nuestro sueño y allí estoy feliz", dice la viuda

Margot Pool ha manifestado este martes, a la salida del edificio judicial, que espera que "se haga justicia" por la muerte de su marido

María Hillegonda Pool "Margot", sigue viviendo en Santoalla a sus 64 años, ahora como única vecina desde que Jovita y Manuel murieron y su hijo Juan Carlos está en prisión provisional. Allí está enterrado Martin y allí piensa quedarse. La razón, se la dijo ayer al fiscal en un español con acento extranjero: "No tengo miedo, es el sitio donde hemos hecho nuestro sueño y allí estoy feliz".

Durante su declaración, en la que el principal inculpado se encogió hasta casi quedar como un ovillo, explicó que quiere justicia: a Juan Carlos en la cárcel porque le tiene "un poquito de miedo". Pero no le importaría que Julio pudiera volver a pisar la aldea (ahora lo tiene prohibido). Y hasta se mostró partidaria de rebajar la indemnización por daños morales a consecuencia de la muerte de su marido. El fiscal pedía 200.000 euros, pero le pareció bien dejar la deuda en 50.000.

La viuda explicó que cuando llegaron en 1997 a Santoalla, "un lugar muy hermoso para vivir y hacer algo en la naturaleza", fueron muy bien recibidos. Los vecinos los invitaban a comer y les ayudaron a gestionar la compra de una casa en ruinas para salir de la tienda de campaña. La buena sintonía hasta quedó reflejada en el documental "A aldea".

Pero no tardaron en chocar dos idiosincrasias: el activismo del Holandés, con ganas de hacer, y el conservadurismo del Gafas y los suyos. La relación se enfrió porque no entendían su forma de vida, dijo Margot, máxime cuando comenzaron a llegar voluntarios acogidos a un programa internacional para trabajar en la aldea a cambio de manutención.

Aun con todo, cuando su marido desapareció, pensó en un accidente. Nunca en un asesinato y en sus vecinos. 

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