Crisis del coronavirus

Voluntarios: “Somos o enlace entre a civilización e as casas"

Reparto de alimentos y medicinas, y tareas de desinfección centran las labores del colectivo.
photo_camera Reparto de alimentos y medicinas, y tareas de desinfección centran las labores del colectivo.
Protección Civil se ha convertido en el soporte de muchas personas mayores del rural totalmente aisladas

 Son funcionarios, psicólogos, distribuidores, maquinistas municipales o taxistas. Sus ratos libres prefieren utilizarlos para ayudar a los demás y, en una situación de emergencia sanitaria como la que se vive actualmente, su labor es vital, sobre todo en el rural, en donde se han convertido en el enlace de muchas personas mayores con la realidad exterior. 

Se trata de los voluntarios de Protección Civil de la comarca de A Limia, una red de 191 personas que en estos momentos trabaja de sol a sol y de manera altruista en la desinfección de calles y el aprovisionamiento de medicinas y alimentos de primera necesidad a aquellas personas más vulnerables. Algunos comparten varios minutos al día con mayores que, desde hace algún tiempo, no reciben la visita de ningún familiar, y otros suponen la calma en medio de una situación de incertidumbre cuando hacen llegar información institucional y recomendaciones  sobre el COVID-19 a lugares a los que no llega ni Internet. 

José Antonio Salinas (Baltar): "Estamos visitando los pueblos día sí y día no, desinfectando e informando"

garrido2José Antonio Salinas, voluntario de 51 años de Baltar, lleva en el cuerpo de Protección Civil una década y asegura que lo que más le gusta es ayudar a quien lo necesita. "Vi que en el rural era necesario echar una mano. Más de una vez, al no pasar un autobús y ver una persona mayor esperando en la parada, opté por llevarla en mi coche", recuerda el también encargado de obras del Concello de Baltar, que estos días compagina la labor informativa sobre el coronavirus con la desinfección de zonas sensibles o el reparto de alimentos. Esta misma tarea la comparten los voluntarios de Calvos de Randín, en donde su presidente, Aquilino Valencia, recuerda que sus vecinos tienen a su disposición un teléfono al que llamar durante las 24 horas del día en caso de necesidad. 

José Ángel Garrido (Sarreaus): "Ímolo levando. estamos facendo moitas cousas. vivimos dos agradecementos"

portela2En Sarreaus, el voluntario José Ángel Garrido asegura que el colectivo recibe llamadas cada día para el aprovisionamiento de medicinas y alimentos. "Nós vivimos do agradecemento e da cara de felicidade que pon a xente cando facemos cousas por eles. A primeira reacción de moitos maiores que viven illados é vir a darnos un abrazo, pero non se pode", cuenta. "Boto en falta que nos chamen máis. Creo que a xente do rural ten esa cousa de pensar que molesta se acude a nós e non é así. Somos un pouco o enlace entre a civilización e as casas", añade. 

Alejandro Portela (Sandiás): "Decímoslles aos veciños que estean tranquilos nas súas casas e que non saian á rúa"

cid2Alejandro Portela es uno de los voluntarios más jóvenes de Sandiás, cuya agrupación ha recibido en los últimos días unas 15 llamadas para pedir ayuda. "Estamos moi en contacto coas persoas maiores, moitas delas están soas e é algo que me da moita pena", reconoce. "Vemos mucha intranquilidad. La cara de muchas de estas personas denota miedo. Nosotros estamos desinfectando y rezando al mismo tiempo para que la cosa no vaya a más", apunta José Antonio Cid, voluntario de Vilar de Barrio. 

salinas2Jonathan Cid (Xinzo de Limia): "A muchos mayores sus hijos no les pueden visitar entonces acudimos nosotros"

A Palmiro Salgado, voluntario de Porqueira, no le cuesta dedicar cinco minutos de su tiempo a dar compañía a la gente del rural. "Se emocionan cuando nos ven. En el rural la gente está acostumbrada a charlar con el vecino de al lado y eso ahora no se puede hacer", cuenta. "A muchos se les olvida lo que le acabas de explicar y te invitan a tomar un café", añade entre risas Juan Morales, de Rairiz de Veiga. 

En Os Blancos, Jesús de Las Heras reconoce que el único contacto que tiene mucha gente son los voluntarios. En la capitalidad, Xinzo de Limia, Jonathan Cid lo tiene claro: "Ayudar a los demás siempre es una buena opción y algo que se paga con alegría y gratitud".

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