RUTAS DE VAL Y MONTAÑA

Vuelta y vuelta por las tierras de Celanova

Celanova. Deambulando
photo_camera Grupo de caminantes observa esta singular configuración de corredores, con la iglesia de Santa Eufemia al fondo de la imagen.

Todos los caminos guardan pedazos de historia. Épocas pasadas que han llenado de vestigios nuestros senderos y que se remontan a tiempos pasados, no siempre mejores

Nos vamos al suroeste de la provincia en las llamadas tierras de Celanova, por el peso que el monasterio sobre ellas tenía. Pero antes en los tiempos castrejos dominaba Castromao el contorno a su vista aunque como dominio debe entenderse no el asentamiento en un territorio del cual amos y señores, que no era el caso. Desde Castromao nos iremos hacia el oeste para encontrarnos con un pasado medieval interesante en Milmanda.

En esta ruta que podría ampliarse hasta los 15 kilómetros depara que naveguemos por distintas épocas, ya nos sentiremos como nuestros antepasados que poblaron los castros, ya medievales cuando las fronteras con Portugal un tanto difusas y la línea en conflicto sobre todo con la independencia del condado portucalense de la corona de León para formar el reino de Portugal, cuyo primer rey fue Afonso Henriques.


CASTROMAO-PRESA DELTUÑO


Sentaremos nuestros reales o sea nuestros autos al pie de Castromao, fortificación excavada por nuestros ilustres Cuevillas, Risco, Ferro, Tabada, Xocas y otros. Una aldea a oriente del castro, en su misma base, con una iglesia. El castro debe rodearse por su perímetro amurado para apreciar su grandeza que de eso le viene lo de Mao, de magnus, grande que luego por corrupción del latín devino en mao. Murallas, viviendas circulares, alguna cuadrangular posterior donde las tribus que cultivaban las tierras bajas allí moraban en la Edad de Hierro y poco después de la romanización, con abandono posterior de la fortaleza. Buenas vistas para recrearse desde su privilegiado emplazamiento.

Después de circunvalar el castro, un camino herboso transversal que nos deja como a 300 metros, atravesando la carretera por el lugar de Cortiña para subir por pendiente de compactada pista donde al poco nos hallamos en la recreación de un castro techado en lo que debieron ser viviendas, todo él cercado y que vale la pena visitar, ahora o a la vuelta, situado en Outeiro de Ermide. Nos vamos por el llano en dirección noroeste pasando por delante de vaquería, que ahora unas cuantas han surgido por allá. Una rampilla cuando nos desviamos a izquierda nos baja al lado de la aldea de Ermide en la que se puede dar una vuelta por sus casas de piedra. Continuando por más bien despejada pista y entre algunos carballos pasamos por el lugar de A Lagoa, una granja de experimentación porcina de Coren, por donde entablando contacto con la carretera Celanova-Leirado o ladeando para meternos de inmediato por camino a derecha el cual entre alombados prados nos deja en la bajada al encoro do Tuño, ese río de corto recorrido que se muere en el Arnoia en tierras de Ramirás. 


CASTILLO DE MILMANDA


Una subida mirando al sur nos deja a la vista de la iglesia barroca de Sta. Eufemia penetrando en la aldea a través de un camino donde se encuentra un gran retablo pétreo a modo de peto de ánimas fijado a rectoral casa. Continuamos serpenteando, dejando el regato a la derecha y subiendo por empedrado pavimento que para salvar el desnivel debe curvear en la arbolada ladera que te sitúa en Milmanda, que tuvo restos castrejos y en más reciente época fue castillo, del que resta un torreón formando parte de la iglesia. Vila se llama el pueblo. Esta fortaleza fue ocupada por algún rey portugués en guerra entre aquí y Melgaço y también estuvo bajo la jurisdicción del monasterio de Celanova


DESDE MILMANDA AL POBLADO RECREADO


Desde la que seguimos dirección sureste a Canto, y Eiras pasando a la vera de la casa rural de Alcázar de Milmanda donde cuidan los detalles, un grato lugar para emprender unas cuantas excursiones.

Continuamos por hermoso camino térreo que en el descenso y empalme con otro debe seguirse a izquierda, y antes de continuar en esa precipitada bajada, pasando el río o regato de O Pontillón, tributario del Tuño, por poldrado puente e ir por corredoira entre muros y arboleda, que te deja en Cardeo, a pocos pasos en Albos, con su iglesia donde se sigue el camino como trazado en el mapa, que va paralelo a la línea de media tensión hasta el encuentro de la carretera Celanova – Leirado al lado de una innovadora granja de porcino de Coren, pasada a la ida; unos centenares de metros de camino por donde venimos cuando debemos desviarnos a derecha, casi paralelos al de ida, por entre praderías, abedular notable, siguiendo el camino que conecta con la recreación del poblado visto a la ida, con Castromao a menos de diez minutos

Como quince kilómetros de recorrido por los cuales viajaremos por nuestra prehistoria de los belicosos tiempos de esos guerreiros que estaban aplicados a continuadas guerras de baja intensidad continuada, y a la no menos turbulenta Edad Media en los lindes de una frágil y movible frontera.

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